La búsqueda de una mujer desaparecida mantuvo en vilo a una buena parte de los vecinos de Santovenia del Esla en la noche del sábado y la madugada del ayer. La vecina de Santovenia, de unos 70 años, fue hallada por un cazador, al mediodía de ayer domingo, con evidentes síntomas de desorientación cuando caminaba por la zona del "Teso del alcornoque", ya en el término de Bretó de la Ribera, en el monte, en las inmediaciones del refugio de cazadores de Bretó y a 4,5 kilómetros de distancia del casco urbano de Santovenia del Esla.

Las bajas temperaturas de la noche y de la madrugada, al parecer no afectaron sobremanera a la desaparecida, porque una vez localizada y trasladada hasta su casa de Santovenia quería acudir a la misa del domingo y cantar en el coro parroquial como viene haciendo habitualmente. No obstante, a una hora de permanecer en su casa, una UVI móvil era movilizada por el Sacyl para trasladarla hasta el Hospital con el fin de practicarle un reconocimiento médico como confirmó su marido a este periodico.

Los hechos ocurrieron a media tarde del sábado cuando salía de la peluquería y se dirigía a la tienda para hacer algunas compras. Sobre las siete de la tarde se le perdía la pista hasta que fue encontrada por un miembro del grupo de cazadores que realizaba la actividad cinegética por la zona. Hasta este momento se pasaron 17 largas horas para su marido, quien ya se temía lo peor mientras se pasaban y se pasaban las horas. Ana no llegaba a casa y se iniciaba una búsqueda entre familiares y vecinos. Grupos de voluntarios, unos por el pueblo y las inmediaciones y otro enfilando los caminos procediron a la búsqueda de su vecina, aseguró Cristóbal Lorenzo, uno de los participantes en el inicial operativo de búsqueda de las primeras horas de la noche. Las bolsas de la compra que portaba Ana fueron halladas junto a la cerrada gasolinera en la carretera nacional. Inmediatamente se alertaba a laa Guardia Civil, trasladándose hasta Santovenia tres patrullas de agentes para llevar a cabo la búsqueda.

La gélida madrugada no hizo desistir a los voluntarios que se vieron reforzados a primera hora de la mañana por el grupo cinológico de agentes de la Guardia Civil de Zamora, e incluso con el apoyo de un helicóptero. Mientras tanto, el marido de la desaparecida, Narciso Santos, se temía ya lo peor como explicaba al final del desenlace a este diario. "¿Pero cómo se pudo desorientar así?", decía con los ojos humedecidos por las lágrimas.