"La recuperación de este retablo renacentista supone un atractivo a sumar en la Vía de la Plata", decía ayer el director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León en su visita al templo de Santa Marina en la localidad de Barcial del Barco.

Enrique Saiz, y el delegado territorial de la Junta, Alberto Castro, han inaugurado la restauración del retablo mayor de la iglesia de Barcial llevada a cabo por la Consejería de Cultura y Turismo. Un templo que se encuentra dentro del entorno de protección de la Calzada de la Plata, de ahí ese revulsivo o atractivo turístico que puede suponer la intervención realizada en este conjunto arquitectónico renacentista, como señalaba en la mañana de ayer el director general de Patrimonio Cultural quien estuvo arropado en su visita no solo por el representante de la administración Autonómica en la provincia, sino también por la Jefa de Servicio, Pilar Alonso, de técnicos y del propio alcalde de Barcial, Roberto Aguilar. Ausente, el párroco Santiago Martín Cañizares, quien excusó su asistencia al acto.

Saiz se refería a la belleza de todo el conjunto renacentista como cúlmen de un "proceso de restauración complicado siendo fieles al original". Unas actuaciones que han venido siendo realizadas por personal técnico de la empresa Rearasa y que han devuelto su esplendor a este templo originario del siglo XVI, con torre del siglo XVIII y el retablo de la primera mitad del siglo XVII.

El montaje del antiguo retablo ha sido la última actuación en la iglesia de Santa Marina de Barcial del Barco por parte de la Consejería, cuya actuación ha supuesto una inversión de 44.392 euros.

La obra de montaje del antiguo retablo ha consistido en la limpieza de la pared de fondo, la construcción de una estructura de madera nueva para la sustentación de las tablas existentes y la restauración de las piezas del sagrario y custodia. Los restos de pilares de la antigua estructura también han sido restaurados y colocados en el nuevo conjunto.

El retablo, situado en el testero de la nave mayor, dataría de la primera mitad del siglo XVII.

A mediados de los años setenta se desmonta perdiendo la arquitectura en su práctica totalidad.

Las tablas que estaban en peor estado se dejaron en el coro y se montó el resto nuevamente en la capilla mayor.

En la primera fase se restauran las que estaban más deterioradas: ocho tablas, una de ellas robada y recuperada, y la talla de Santa Marina.

En la segunda fase se restauran las que todavía permanecían montadas: cinco tablas.

La representación iconográfica muestra escenas de la vida y muerte de Jesucristo, vida de Santa Marina, San Ildefonso y San Juan Bautista.