Un taller de confección ubicado en el centro de la ciudad ha sido expedientado y tendrá que regularizar su funcionamiento después de que la denuncia de un vecino permitiese comprobar los niveles de emisión de ruido diurno producidos por la actividad superaban en 13 decibelios los permitidos por la ley regional. En concreto, las mediciones arrojaron 45,2 decibelios estando el límite en horario diurno en 32 decibelios. La empresa propietaria del taller tendrá que ejecutar trabajos de cerramiento para regularizar su funcionamiento, según ha propuesto Disciplina Urbanística.