El Ayuntamiento de Benavente, cuyo alcalde preside el Patronato del Hospital de la Piedad, pedirá ayuda económica a la Junta de Castilla y León para frenar el deterioro que padece la carpintería interior del inmueble cuyo deterioro amenaza con desprendimientos y representa un peligro para visitantes y residentes.

El Patronato abordó este asunto en su última reunión y el alcalde, Luciano Huerga, ha explicado que el equipo de Gobierno pedirá apoyo a la Administración regional para poder acometer la memoria redactada a principios de año.

El documento fue encargado por la Residencia de Nuestra Señora d e la Piedad y San José y alerta del mal estado en que se encuentran los ventanales de la primera planta del claustro del Hospital de la Piedad, uno de los principales Bienes de Interés Cultural (BIC) de Benavente.

80.000 euros de coste

La memoria recomienda la reforma y sustitución de estos ventanales, indica el estado "muy deteriorado" de las ventanas y advierte literalmente del peligro "que la carpintería supone para los visitantes y usuarios en caso de desprendimiento".

Un amplio dossier fotográfico detalla el mal estado de los ventanales de la primera planta del claustro, inexistentes originariamente.

La carpintería colocada entre los arcos del patio del Hospital de la Piedad es de madera con acabado en pintura marrón, según detalla el documento. En 1920 esta carpintería no existía en esta planta y el claustro estaba abierto al exterior tanto en la planta baja como en la primera planta.

Los arquitectos redactores proponen eliminar la actual carpintería de madera y sustituirla por una carpintería mínima de acero corten (un tipo de acero tratado con una composición química que hace que su oxidación tenga unas características particulares que protegen la pieza realizada con este material frente a la corrosión atmosférica sin perder prácticamente sus características mecánicas ) que permita incrementar el porcentaje de vidrio templado de 10 milímetros de grosor en cada tramo.

La perfilería de acero resultaría casi inapreciable con respecto al actual, aseguran los redactores de la memoria. De esta forma se recuperaría el aspecto original del claustro.

Desmontar los ventanales, y colocar la carpintería de acero y el vidrio templado tendría un coste de unos 80.000 euros.