Con sigilo, en un avance lento pero sin pausa, los xilófagos han venido causando efectos demoledores en la iglesia de San Vicente de Manganeses de la Polvorosa. La parroquia no ha dudado en poner freno a la invasión con un ataque frontal a estos enemigos invisibles, las termitas que tanto daño causan en su maderamen. Hace poco tiempo hubo que intervenir en la restauración del retablo del altar mayor, previo tratamiento para estos insectos, asi como en otras partes de las maderas del templo.

La iglesia de Manganeses no ha dudado en aprovechar a una empresa especializada en el sector de sistemas integrales de control de plagas, la sociedad Plagas Blanco, que además está ubicada en la localidad. Una primera intervención, tras el análisis, ha sido la de poner freno al avance de los xilófagos, de estas termitas subterráneas que fagocitan la madera descomponiéndola, explica su representante Justo Mielgo Blanco, con el fin de su completa eliminación. La actuación ha consistido en instalar cebos, los denominados cebos americanos, por todo el perímetro exterior del edificio. Se trata de erradicar la plaga con un control de colonias de termitas a través de un sistema de tratamiento como el Sentri Tech consistente en recoger las termitas con unos testigos de madera.

Al desconocer donde se halla el termitero, por ello se instala un perímetro de monitorización con estaciones de seguridad, unos pequeños cilindros verticales alojados en el subsuelo con el fin de detectar la zona por la que la colonia entra en el edificio. Una vez recogidas, se sustituyen los testigos de madera por una pasta o papel impregnado de una materia activa, el hexaflumurón. El modo de acción de este insecticida es específico para este tipo de insectos, por lo que carece de efectos adversos para los humanos o animales domésticos.

Se trata de un sistema que viene a aprovechar la biología y el comportamiento social de las termitas para el control de la colonia que afecta al edificio, en este caso al templo de San Vicente de Manganeses, como a cualquier inmueble. Con una frecuencia de dos meses se realiza un seguimiento de las instalaciones y ello durante un periodo de cinco años hasta ver erradicada la demoledora plaga de xilófagos.

Plagas a las que no son ajenas las iglesias, o cualquier edificio donde la madera de su estructura o el propio mobiliario sirven de sustento a estos insectos, las termitas y la carcoma. Unos y otros xilófagos se combaten activamente a través de sistemas de tratamiento que eviten graves daños.