Yolanda Gutiérrez Lobato, de 29 años, tuvo muchas oportunidades para quedarse a trabajar fuera de Benavente, pero cuando acabó sus estudios decidió volver a la ciudad que le vio crecer.

Es diseñadora gráfica, una vocación convertida en profesión y desempeñada durante ocho años desde casa, aprovechando las ventajas de las nuevas tecnologías. Desde hace un año exhibe en un local de cara al público su trabajo, pero a la vez intenta conciencias de la importancia de un buen diseño a través de iniciativas como talleres para niños y adultos o una sección de biblioteca que se puede consultar por cualquiera que quiera descubrir lo que son las novelas gráficas.

-¿Qué trabajos ha realizado con la que puedan identificar su labor en Benavente?

-He participado en mercados de artesanía como el Mercado Medieval o el del barrio San Isidro, he sido miembro de la Asociación Juvenil El Arroyo y de la Asociación Cultural Ateneo en Benavente y colaboro habitualmente con Cine Club Fetiche en la parte del diseño desde hace años. Entre mis últimos carteles está el del Festival de bandas de la Sala Buda o el Festivalley.

-¿Por qué eligió quedarse en Benavente?

-Me quise quedar en la zona para ofrecer un diseño más creativo y más personalizado, que creo que hace falta. Cuesta, porque la gente no está acostumbrada a trabajar con el diseño, hace falta una educación visual. Cada vez se valora más, pero a la vez hay cartelerías que me angustian como diseñadora.

-¿No hay diseñadores gráficos en la ciudad?

-Hay profesionales del diseño en Benavente, pero de una forma muy diferente. A lo mejor por falta de tiempo o de especialización. Puede que trabajen más con imprenta y el diseño esté un poco abandonado o están acostumbrados a que el cliente no les pida eso. Yo, como estoy empezando, quiero invertir más tiempo en la parte creativa, como es por ejemplo crear un diseño para usar en el evento de una boda.

-¿Es difícil iniciar un negocio tan novedoso en época de crisis?

-Sí, claro. Y más aquí, cada vez se pide menos papelería porque quieren gastarse menos. La gente no está acostumbrada a pagar por esa parte de diseño puro y duro, pero después de ocho años trabajando en la sombra consideraba que el siguiente paso era montar este espacio de cara al público.

-Y lo ha hecho en un lugar muy especial.

-El local es especial, se trata de una antigua tienda de ropa que he intentado conservar al máximo. Para mí es muy importante, quizás me pierdo en no tener el sentido comercial. Soy muy romántica en el aspecto de quedarme en Benavente, de conservar las cosas y su historia, de luchar por algo.

-¿Qué tiene de especial?

-La estética del local me encanta. Es actual cien por cien y la gente que viene de fuera dice que ni en Madrid hay espacios como este. Me da mucho miedo que cuando lo deje desaparezca.

-¿Quiénes son los clientes más habituales?

-Las personas ligados a una formación o profesión artística y gente joven que consume ilustración y artículos más originales. Seguro que mucha gente tira de Internet y no se dan cuenta de que hay un espacio físico que ofrece lo mismo a buen precio. Hay gente que estudia diseño y me gustaría que viniesen a interactuar: bien a hacer uso del material que aquí tenemos, bien a contar su experiencia.

-¿Cómo es un buen diseño?

-La gente se ha acostumbrado a decir que el diseño depende del gusto, pero no es así, se ha escrito mucho para establecer unas bases: tiene que tener unos mínimos de composición, armonía y atractivo visual. Sin esas bases mi trabajo no tendría sentido.

-Potencia sobre todo diseñadores e ilustradores nacionales.

-Yo me adapto a esos diseñadores y a lo que ellos hacen, siempre mirando que no sea muy caro. Quiero precios moderados para que la gente no asocie el diseño y la ilustración con algo caro y exclusivo que no se pueden permitir.

-¿Es un buen momento para el sector?

-Sí, especialmente las manualidades vinculadas al diseño están en auge. Hay ilustradores y diseñadores que están exportando sus trabajos y que aquí parecen no conocer, pero quiero contribuir a ello.

-¿Cómo?

-Hace falta una educación visual que debe comenzar en colegios e institutos. . En general hay una infravaloración del diseño y los colectivos no se dan cuenta de que la gente los va a conocer a través de ese diseño y de ese cartel.

-¿Cuál es su próximo objetivo profesional?

-Me gustaría crear mi propia marca, así como centrarme más en un público más especializado.