El 7 de agosto de 1929, en plena crisis mundial, el rey Alfonso XIII concedía a la villa de Benavente el título de ciudad "por el excelente desarrollo de su agricultura, industria y comercio y su histórico abolengo", lo que permitió la transformación de una población eminentemente rural en una urbe, impulsando de manera notable su desarrollo.

Desde entonces, nuestra ciudad ha venido prestando ininterrumpidamente servicios sanitarios, judiciales, sociales y educativos a una extensa comarca equidistante a las ciudades de Zamora y León y liderando su desarrollo económico y social. Desgraciadamente en los últimos tiempos Benavente ha perdido población, industria, comercio y capacidad de liderazgo por culpa del desmantelamiento económico a la que se ha visto sometida por los distintos gobiernos autonómicos y nacionales y por el acomodo de los gobernantes municipales y provinciales que no han sabido, o no han querido molestar con legítimas reivindicaciones a sus jefes de turno, tanto en Valladolid como en Madrid.

La historia que escribieron en su día don Toribio Mayo, alcalde de la villa, y el ilustre notario don Serapio González de reivindicar para Benavente un puesto decisivo en el desarrollo comarcal se puede ver frenada ahora por la Junta de Castilla y León que en su intento "de ordenar el territorio" con el objetivo de "lograr una mayor cohesión y solidaridad territorial, potenciando el desarrollo económico y social sostenible y equilibrado de las diversas zonas de la Comunidad Autónoma", convierte a Benavente, 86 años después, en una unidad básica rural. Con esta decisión de la Junta de Castilla y León el objetivo de lograr una mayor cohesión y solidaridad territorial se rompe al enfrentar, como estamos viendo en los últimos días, a los pueblos con Benavente.

La sumisión del PP benaventano a las directrices de la política autonómica y la falta de visión política del PSOE benaventano y provincial al no apoyar a UPL en su propuesta inicial de que la Ley de Ordenación del Territorio tuviese en cuenta a la hora de establecer las unidades básicas urbanas y las consiguientes áreas funcionales estables además del número de habitantes, el espacio geográfico afectado y los servicios que tradicionalmente se estaban prestando, puede tener como consecuencia el desequilibrio entre los pueblos, la desconfianza y un frenazo importante en el desarrollo de la ciudad de Benavente y su liderazgo en la comarca benaventana.

Es necesario que la Junta de Castilla y León rectifique y que el equipo de gobierno de Benavente muestre su proyecto político para la ciudad y comarca en consonancia con las necesidades reales de los pueblos afectados, respetando sus particularidades y autonomía local para que no vean a Benavente como un rival a la hora de captar recursos y sí a un fiel aliado para potenciar la economía de la zona.

No es cuestión de que unos partidos dejen a sus ayuntamientos tomar la decisión que consideren y otros obliguen a sus gobiernos municipales a apoyar que Benavente conforme un área funcional estable. Es hora de unificar esfuerzos y olvidarse de consignas partidistas para crear una comarca estable con recursos propios que permitan fijar población y salir de una vez por todas del ostracismo y abandono sufrido durante muchos años.

El PP benaventano, para despejar dudas respecto a su posición sobre la convicción de que Benavente sea una unidad urbana con un área funcional estable, debe apoyar decididamente al equipo de gobierno municipal en sus reivindicaciones frente a la posición intransigente de la Junta de Castilla y León y hacer una labor pedagógica generosa para que sus compañeros de partido en otros municipios por ellos gobernados consideren su posición de pertenecer al área funcional estable de Benavente.

No es lógico que en Benavente el concejal del PP, vicepresidente primero de la Diputación Provincial, defienda una cosa y en la institución provincial otra. Se debe única y exclusivamente a los benaventanos que lo eligieron democráticamente. Si esta situación, al igual que su postura defendiendo el criterio de la Diputación Provincial de considerar inviable el cambio de uso por el que se subvencionó el Centro Cívico y Social del Ferial, contraria al uso racional que se le pretende dar ahora, después de haber estado cerrado durante años le causa problemas de conciencia, le recomiendo que se lo piense y defina cuáles son sus prioridades.

Benavente, insisto, necesita unir sus fuerzas para que esta nueva afrenta de la Junta de Castilla y León no se lleve a efecto y pueda ser el núcleo urbano que aglutine el desarrollo de los pueblos que conforman su comarca dentro de este nuevo ordenamiento territorial que pretende llevar a efecto la Junta de Castilla y León.