Los dos edificios de la calle Santa Cruz destruidos por un incendio el miércoles tendrán que ser demolidos. Los técnicos municipales han constatado el estado de ruina de los dos inmuebles y la Concejalía de Urbanismo confirmó ayer que la Alcaldía ha dado luz verde a la orden de ejecución. Los propietarios tendrán que completar la demolición de los restos que aún quedan en pie.

El incendio afectó a la estructura de ambas casas, la antigua tienda de jamones y quesos donde se declaró el incendió cuando un anciano de 92 años freía patatas, y la vivienda de dos alturas colindante, en el número 27 de la calle. El estado en que han quedado ambos edificios impide el acceso al interior y aconseja derruir los restos. Aunque alguno de los propietarios ha pedido encarecidamente al Ayuntamiento acceder al interior para recoger bienes, el Ayuntamiento ha denegado el acceso por el alto riesgo de accidente.

En los número 27 y 29 de la calle Santa Cruz se conservan las fachadas, pero en la parte posterior de los edificios las paredes se desplomaron el miércoles por la tarde y una excavadora municipal derribó las partes más peligrosas.

Según los técnicos, tanto la primera planta del edificio colindante como el bajo, una peluquería, están completamente afectados por el fuego y no cabe otra solución constructiva que el derribo.

La calle Santa Cruz y la cerrada del Hospital fueron abiertas al tráfico ayer por la mañana. En la calle Santa Cruz se cortó el acceso por la acera y se estableció un perímetro con vallas delante de las fachadas para evitar posibles accidentes. El alcalde, Luciano Huerga, agradeció la labor realizada por la Policía Local, la Guardia Civil y los bomberos.