Cuentan que hasta nueve molinos de agua hubo en este rincón de la provincia de Zamora. Así lo asegura una página de Internet sobre Villaferrueña que dedica una de sus secciones al monográfico de los molinos en la localidad.

En la lista aparece el llamado Molino de Pepe, por aquel que durante tantos años vivió y molió el grano, manteniendo viva la actividad hasta finales de los años ochenta.

En la parte inferior estaba la zona industrial, mientras que en la superior se encontraba la vivienda. Así lo mantendrá el promotor de su rehabilitación, Santiago Martínez, que a título particular ha adquirido el edificio y pidió al arquitecto mantener todo lo posible la estructura, materiales y esencia del lugar.

Martínez, natural de Los Valles de Benavente y actualmente residente en Madrid, comenzó las obras el pasado mes de junio tras dos años de trámites administrativos, entre los que se encuentran el visto bueno de Patrimonio. Las tareas no terminarán hasta, aproximadamente, la primavera de 2016, aunque ya empiezan a verse algunos acabados.

A pesar de que este molino estuvo habitado hasta el año 2007, cuando fue adquirido presentaba un estado "muy deteriorado", según explica el actual dueño, y algunas zonas no se han podido mantener como a los nuevos propietarios les gustaría. Sin embargo, el principal elemento que conectaba al agua del río que pasa por debajo, ahora desmontado, volverá a su estado original. De las dos estructuras para moler se han ido escogiendo piezas para formar una maquinaria completa. En ella estarán elementos clave como son la espada, el árbol o el rodezno, ahora en plena fase de limpieza y restauración. Se instalará en el interior del edificio, donde madera y piedra conviven con olor a nuevo y esencia del pasado.

Las paredes también serán revestidas con Cotegran, de similar color al adobe original y el horno, procedente de Pereruela, tendrá que ser sustituido.

Tras los andamios de un trabajo al que todavía le faltan meses de dedicación, el molino de Villaferrueña refleja la influencia de las construcciones de San Martín de Castañeda, en la comarca de Sanabria. Así lo refleja el libro "Molinos tradicionales del norte de Zamora", editado por el Centro de Estudios Benaventanos "Ledo del Pozo", en cuyo ejemplar puede apreciarse la siguiente explicación técnica: "en la construcción del molino de una tipología mixta entre los molinos de los valles y sanabreses, se aprecian los arcos de los caños adintelados con viga de madera y lienzos de sillarejo y argamasa. La cubrición del tejado aparece arquitrabada en madera".

Martínez, familia y amigos podrán disfrutar de una casa instalada sobre el río Eria, origen de tantos panes que se molieron y cocieron para saciar el hambre de los vecinos. Hoy el molino vuelve a la vida, gracias al esfuerzo de aquellos que aprecian la historia y el patrimonio.