Más conocido aunque igual de olvidado en Benavente que Alonso, Benito Bello de Torices, nació en la ciudad en el año 1660. "Benito Bello era un hidalgo castellano de rancia estirpe, al tener acreditada la condición de hijodalgo con ejecutoria dada a la familia por los Reyes Católicos en el año 1498. Los padres fueron Juan Bello, natural de Lago, quien durante muchos años fue alguacil mayor y mayordomo del Conde de Benavente, y Teresa Torices, natural de Benavente", reseña la catedral de Alcalá de Henares, de la que fue maestro de capillas.

Según el historiador musical Soriano Fuentes, Benito Bello de Torices "fue un compositor de música muy celebrado a fines del siglo XVII, grande organista, discípulo de Andrés Lorente y condiscípulo de José de Torres".

El benaventano compaginó el magisterio de capilla con el ejercicio de tenor y fue maestro de Las Descalzas Reales de Madrid y de la catedral de Alcalá de Henares. Varias de sus obras se guardan en las catedrales de Valladolid y Salamanca, siendo esta última donde figuran dos villancicos, un motete, una letanía y un Al Santísimo Sacramento.

Más amplia es la obra que se conserva en el Monasterio de El Escorial, donde aparecen distintas antífonas, cánticos, himnos, letanías, misas, motetes, salmos, secuencias, villancicos y otras composiciones varias. A esta producción se suman otros villancicos que se conservan en la catedral del Alcalá de Henares. Benito Bello de Torices falleció en el año 1718 en Madrid.

El apellido en común de ambos compositores ha sido motivo de algunas confusiones a la hora de atribuir obras halladas con posterioridad a su muerte. Así, Paulino Capdepón advierte que las obras de Alonso de Torices y Bello de Torices "se confunden en algunas ocasiones" porque ambos firmaban solo con el segundo apellido. Se atribuyen sin embargo a Benito las obras conservadas en la Bibiloteca de Múnich.