La ermita de Navianos de Valverde volvió a congregar un año más a centenares de fieles de la comarca benaventana para rendir tributo a la Virgen del Carmen. Septiembre es un punto de encuentro en el calendario para los fieles de las localidades de Benavente y los Valles. Desde los pueblos más próximos y a veces no tanto, devotos de la Virgen recorren a pie la distancia que les separa de la ermita para cumplir promesas o realizar peticiones.

A primera hora de la mañana numeroso público siguió la primera misa, que se convirtió en multitudinario al mediodía. La Virgen fue sacada en andas de la ermita hasta su parte posterior, donde numerosos fieles aguardaban el oficio religioso al aire libre. Cientos de personas aguardaban a la sombra su llegada. Varios párrocos de la zona concelebraron la misa antes de que la imagen completara la vuelta a un templo tan sobrio como repleto de exvotos y reliquias de la virgen.

Entretanto un ambiente de puestos de venta de velas y efectos religiosos, almendras garrapiñadas y avellanas, juguetes y todo tipo de productos supuestamente propios de un mercado medieval, bullía a escasos metros junto a una enorme barra donde se podía degustar carne a la brasa y, sobre todo pulpo.

El vicepresidente primero de la Diputación, Juan Dúo, y el procurador en Cortes, Emilio Cabadas, acompañaron al alcalde de Navianos, Rufino Rodríguez, durante la ceremonia. Mientras, los vecinos de Navianos comenzaban a despedir las fiestas de la localidad en el casco urbano, a escasos metros del otero donde se alza la ermita y una de las explanadas más verdes y visitadas de todo el valle antes de que llegue el otoño.