Más de dos mil alumnos de la comarca de Benavente iniciaron ayer las clases del curso escolar 2015-2016.

Sólo en la ciudad de Benavente son siete los edificios públicos que imparten Educación preescolar, Infantil y Primaria, a los que hay sumar dos concertados.

Todos ellos abrían ayer sus puertas con la ilusión de nuevos proyectos. Las clases tenían las sillas boca abajo, encima de las mesas, dispuestas a ser ocupadas por todas esas pequeñas cabezas pensantes donde a lo largo de los próximos meses se van a ir introduciendo conocimientos de diversa índole.

Preparados en filas o por grupos con el curso que corresponda, los menores de trece años se abrazaban al reencontrarse con amigos y amigas que no han visto en todo el verano, buscaban con mirada inquieta al nuevo tutor asignado y seguía al profesor que les guiaba por los pasillos para ver el nuevo aula.

Mientras, en el patio del colegio se quedaban hablando los padres y madres que también se mostraban nerviosos en este primer día. Entre los comentarios, el habitual tema de los libros para conocer cuántos le han llegado a uno y a otro y las lamentaciones por haber acabado las vacaciones y volver a la rutina que supone el curso escolar. La vista en las actividades extraescolares a las que van a apuntar a los pequeños y las reuniones con profesorado y dirección para conocer los nuevos objetivos de este curso académico 2015-2016.

Hubo lágrimas, pero más entre los adultos que entre los niños, que con el llamado "horario de adaptación" se acostumbran mejor a estar unas horas sin sus progenitores.

Decían las profesoras que hasta ellas lo pasan mal cuando ven llorar a los más pequeños, que pronto se les olvida lo que han dejado a la entrada de la clase y descubren los colores, dibujos, formas y nuevos compañeros que les acompañarán en este viaje académico.

Siguen pesando las mochilas entre el alumnado de Primaria, debido a la gran cantidad de libros que tienen que llevar y con los que algunos tuvieron dificultades para subir las escaleras, siendo ayudados bien por los profesores, bien por otros compañeros.

Anécdotas a parte, el inicio del curso escolar se desarrolló con normalidad en los colegios de la provincia de Zamora, donde 11.501 estudiantes iniciaron ayer las clases, según la cifra ofrecida por la Delegación Territorial.

Las localidades de Santibáñez de Tera y San Agustín del Pozo no abren este año sus puertas por no alcanzar el número de alumnos mínimo (la Junta de Castilla y León exige cuatro personas).

Estos estudiantes han sido derivados a Camarzana de Tera y a Villarrín de Campos, respectivamente.

El próximo jueves, 17 de septiembre, empiezan las clases los estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), Bachillerato, segundo curso de ciclos formativos, artes plásticas y estudios nocturnos.

Según el calendario de la Comunidad de Castilla y León, el jueves 23 de septiembre le toca el turno a los primeros cursos de los ciclos formativos, así como a las enseñanzas de artes plásticas y diseño.

Al día siguiente, el 24, comienza el curso en los centros para adultos, como el de Benavente, y las enseñanzas a distancia.

Cierra el mes el alumnado que cursen idiomas en las Escuelas oficiales, así como música y danza, que se incorporarán el día 30 de septiembre.

La maquinaria para formar a futuros eruditos ya está en marcha y que el resultado sea exitoso depende de todas las partes que conforman la sociedad.