Con el sugestivo título de "Remembranzas", Santibáñez de Tera inauguraba ayer tarde una muestra expositiva de referencias documentales sobre la historia de la villa. Las memorias de la localidad reflejadas de modo documental a través de una recopilación de facsimiles de la mano de Agustín Rodríguez Miguélez y otra fotográfica de Jesús Vara García, que se complementan también con otra más, aunque pequeña, no de menor importancia, a cargo del artesano Hermenegildo Arenas y una reconstrucción a cargo de Patricio Vara Mateos del mapa del término municipal del año 1942.

En el salón de la planta baja de la Casa Consistorial permanece expuesta esta muestra expositiva hasta el día 24 de agosto coincidiendo con la programación de los festejos del copatrón San Tirso.

Documentos como los "amillaramientos" en la villa en el año 1852, aquellos impuestos colectivos al Estado, se combinan con otros de suma importancia para la intrahistoria local como un padrón del vecindario datado en el 1833 o sobre el arrendamiento de la barca del Concejo en el año de 1819. De este mismo año se expone la contratación por el Concejo de Santibáñez de Tera de un "zirujano", el galeno de la época.

El estudioso local Agustín Rodríguez sigue recopilando documentos antiguos en una tercera edición expositiva en la que cada muestra documental aparece con una reseña explicativa para que los visitantes permitan introducirse en el lenguaje de la época y acercarse a su contenido. Así aparecen muestras documentales del amillaramiento para el pago de impuestos que Rodríguez Miguélez explica como el sistema empleado para el repartimiento por el municipio para pagar los impuestos estatales correspondientes y ello a falta de un catastro para fijar una única contribución. El Estado fijaba un impuesto total a cada provincia, esta, a su vez, lo repartía a cada municipio y éste entre sus vecinos, según sus bienes inmuebles, cultivos y rendimientos, ganados e industrias. Otro de los ejemplos documentales expuestos se refiere al arrendamiento de la barca del Concejo en el año 1819. La barca del Concejo de Santibáñez de Tera disponía de "un sitio de barca", en la zona del Tomillar de los Arenales, en el río Tera, según aparece documentado por sentencias favorables en litigios en la Real Chancillería de Valladolid. La barca o plataforma sobre el río se componía en realidad de 2 barcas con sus rejos, su cadena y candado y 2 palancas de madera. En el documento de obligación de pago por el subarriendo de la barca, Francisco García y Pascual Pérez, vecinos de Santibáñez de Tera subarriendan a Andrés Chana de Santa Cristina la barca que tenía arrendada al Concejo y ello desde mayo hasta el día de Todos los Santos de 1919 en 200 reales de vellón a pagar el día de Nuestra Señora de la Carballeda. Una copia de un documento de la villa fechado en 1819 da fiel testimonio del acta para tratar de "tomar zirujano" para la asistencia de los vecinos de la misma. Entre dos aspirantes, previa toma de votos del Concejo, se elige a Fernando Arenas por cuyos trabajos de galeno se le abonan al año seis cargas de centeno en un pago en agosto de 1820.

Junto a la muestra de una variada relación de documentos, entre los que se hallan también algunos relativos a la liquidación de cuentas en 1920 de la Electra Santibañesa, la fábrica de la luz de esta villa, se expone una colección fotográfica de lugares de interés y de oficios entre los que esta villa de Santibáñez de Tera constituyó, durante mucho tiempo, un claro exponente como motor de desarrollo de la Riba del Tera.