Pedro se ha convertido en Peter con el paso del tiempo, pero sigue teniendo un ojo clínico para la moda al que ya apuntaba desde pequeño.

A pesar de su juventud, a sus 23 años ha logrado que sus complementos se vean en el Matadero de Madrid, ciudad donde actualmente reside y quiere ampliar su carrera profesional. Tras unos días de vacaciones en su tierra, para recargar las pilas y ver a familia y amigos, Peter vuelve a la gran ciudad para empaparse de la nueva temporada otoño- invierno que está a punto de llegar.

-¿Cómo surgió la oportunidad de participar en el Público Design Fest?

-El Matadero y la Escuela de Arte de Madrid se unieron para mostrar los mejores trabajos de la Escuela. Hubo una exposición temporal en marzo con modelos profesionales, reconocidos maquilladores y un evento del más alto standing.

-¿Cuál fue su propuesta?

-Llevé mi proyecto fin de carrera, basado en el estilismo en el siglo XIX con guión eclepticista: mezclar todos los estilos y hacer uno solo. Con detalles de toda la historia de la moda y la indumentaria que ha existido a lo largo de la historia, tirando sobre todo al estilo barroco y estilo valenciano de Flandes, llevándolo a la tendencia del vaquero, tejidos con silicona? quería crear esa unión entre ambas cosas, como hizo Gaudí.

-¿Cree que esta exposición le ha abierto puertas?

-Sí, por supuesto. A partir de aquí me han empezado a salir más cosas. Me piden trabajos para China, Portugal, Francia, Reino Unido. Empecé a hacer fotos con profesionales del sector de la moda. El evento nos ayudó a conocer a gente del mundillo, que el boca a boca se corriera y que a través de las publicaciones del momento se viera el trabajo y te empiezan a pedir una chaqueta o una falda. Entre unas cosas y otras he ido enlazando todo.

-¿En qué trabaja actualmente?

-De momento estoy de dependiente para salir del paso y lo compagino con los trabajos de diseñador, fotógrafo, estilista, etcétera que me van surgiendo. Ahora estoy con una emperesa de Miami (Estados Unidos) que es como Calzedonia, pero a lo grande. Estamos con la edición de fotos, el vídeo y el mass media. Próximamente saldrá a la luz y ya tengo ganas. También estoy trabajando en una nueva colección, aunque esto va con más calma.

-¿Y cuál es su objetivo profesional?

-Tengo 23 años y en principio me gustaría trabajar para alguien, donde adquirir experiencia laboral, pero finalmente querría tener una marca propia y poder vivir de ella.

-¿Quiere decir que igual que se lleva un Versace, se lleve un "Peter Spósito"?

-Eso ya sería el top del top (ríe).

-¿Ve próximo cumplir ese objetivo?

-Aún me queda mucho que conocer así que poco a poco, ya que se requiere mucho trabajo y mucha paciencia. Si se cumple, que espero sea en un futuro no muy lejano.

-¿Qué ventajas tiene vivir en la capital?

-Tienes contacto con fotógrafos especializados en moda que han hecho campañas para revistas. Madrid es especialista en moda no sólo en un maquillaje natural que ves en la calle o en lo que te pones para salir de fiesta Madrid. Madrid es un poco más artístico, es más experimental, tienes más variedad de tejidos, materiales para la confección, etc. Tienes más facilidad para encontrar más cosas.

-¿Ha pensado en exponer en Benavente?

-No lo he planteado porque no tengo una moda muy tradicional. Ya están las franquicias para hacer lo del día a día y yo soy mucho más artístico e intento darle una vuelta y siempre te queda la cosa de si lo entenderán o no, aunque en mi familia me han animado a hacerlo, como mi prima Lola. En algún momento sí me gustaría hacer algo en mi tierra.

-¿No ha encontrado la inspiración en Zamora?

-Zamora lo asocio a mi época de adolescente y ahí la inspiración te llega poco. Es mejor aquí, cuando encuentras un ambiente y estás en tu zona de confort es cuando más cómodo te sientes para crear.

-¿Qué otras aficiones tiene?

-Me gusta la música, toco el piano y en estas últimas vacaciones lo retomé en casa. En realidad me gusta todo lo que tenga que ver con el arte.

-¿Cuál es la mayor dificultad que cree que hay en su sector profesional?

-El mayor obstáculo es que no confían en alguien joven. Tienes que trabajar mucho por amor al arte, haciendo colaboraciones hasta que alguien confíe en ti. También creo que en Londres, por mi experiencia trabajando allí durante tres meses, apoyan más lo artístico y todo lo que sea nuevo y aquí en España es mucho más tradicional.