Uno de los vecinos más ilustres de Alcubilla de Nogales, Pablo Merillas Fernández, el beato Carlos de Alcubilla, figura ya en los anales de la historia local. Tras haber sido declarado beato en Tarragona en octubre del 2013, motivo por el que en la iglesia parroquial dedicada a San Verísimo se instaló una placa, en la jornada del sábado se celebraba una emotiva ceremonia con la bendición de una talla del beato que pasará formar parte de los altares de este bello templo recién remodelado.

La solemne y emotiva ceremonia contó con la presencia de la sobrina del beato Carlos, la nonagenaria Evangelina Calvo Merillas quien con 96 años vivía la emoción del momento. La escultura realizada por el artista y restaurador José Luis Casanova está hecha en madera de abedul. "Una madera ya poco habitual y muy sufrida" dice el escultor, con la que se hacían las madreñas. La talla de 1,30 metros y 15 kilogramos de peso representa al beato Carlos con su típico hábito franciscano, con la tonsura de la época y el gesto característico de su mano izquierda introducida en el paño de vestir. En base a una foto del religioso, la talla permite la viveza para rendir culto. No falta el detalle de las gafas y de un rosario. Tras la bendición de la talla en un solemne acto a cargo del párroco Pedro Aparicio Blanco y dos compañeros sacerdotes, la escultura salía a la calle portada en andas para desfilar por las mismas vías por las que correteó hasta los 11 años el religioso ahora declarado beato. Por las calles Regueros, Trinidad, junto a la casa familiar, Rollo, Fuente, Eras y de la Iglesia. Una misa solemne venía a realzar el festejo dedicado al beato Carlos de Alcubilla. La parroquia institucionaliza la fiesta del beato en el primer sábado de agosto.