El Obispo de Zamora, monseñor Gregorio Martínez Sacristán, presidió la misa exequial de Gabriel Benavides Ferrero, celebrada al atardecer de ayer en la iglesia de Brime de Urz. El prelado zamorano destacó "la actitud generosa y el carácter siempre risueño" del sacerdote Gabriel Benavides.

El templo parroquial dedicado a San Esteban se quedó pequeño para albergar a las numerosas personas que quisieron dedicarle un último adiós al Padre Gabriel.

Más de una treintena de sacerdotes, de religiosos y religiosas, así como vecinos de las parroquias en las que Benavides Ferrero ejerció su ministerio sacerdotal durante 55 años, se acercó hasta su pueblo, hasta Brime de Urz para rendir un homenaje de despedida a "un hombre bueno" como ha sido calificado.

El obispo de Zamora, diócesis a la que estuvo vinculado y el vicario general de la Diócesis de Astorga, Marcos Lobato, en representación del prelado Camilo Lorenzo Iglesias, presidieron los funerales con la solemnidad característica. El féretro colocado mirando a la asamblea, con una casulla y el Evangelio abierto sobre él, como corresponde en las exequias por un presbítero fallecido.

El sacerdote Gabriel Benavides Ferrero fallecía en la madrugada de anteayer en la capital zamorana a la edad de 81 años tras sufrir una larga y penosa enfermedad. Sus restos mortales fueron trasladados hasta el cementerio de Brime de Urz.