Desde 2013, tras la última revisión catastral en Benavente, decenas de propietarios de fincas se encontraron con un importante incremento del IBI. En la mayoría de los casos, estas parcelas que tributaban como suelo rústico pasaron a tributar como urbanas al haberse recalificado e integrado en sectores de suelo urbanizable residencial o industrial. Muchos de estos propietarios pidieron explicaciones al Ayuntamiento y se encontraron con que no tenían más remedio que asumir su obligación fiscal. El catastro había tenido en cuenta en su revisión de 2013 el Plan General y había variado el nuevo régimen tributario del suelo recalificado como urbanizable aunque no se hubiera desarrollado. En algunos casos, el Consistorio llegó a embargar cuentas de contribuyentes por impago siguiendo con el procedimiento ejecutivo normal, lo que ahondó el malestar de los contribuyentes que consideraban injusto que tuvieran que tributar el IBI urbano por fincas y parcelas que no tenían ningún servicio general y en la práctica seguían siendo rústicas.

Benavente no ha sido el único lugar donde se ha producido esta circunstancia. De hecho no hay punto del país donde no haya un caso similar. En Extremadura, las acciones legales de un grupo de propietarios llegaron al Tribunal Supremo, que les ha dado la razón y el Gobierno ha tenido que modificar la Ley Hipotecaria y la Ley del Catastro Inmobiliario. La consecuencia: aquellos terrenos recalificados como urbanizables que no se hayan desarrollado no pueden tributar como urbanos y los ayuntamientos tendrán que devolver la diferencia.

Cifras del catastro

El Plan General de Benavente contempla 22 sectores de suelo urbanizable residencial y nueve de suelo urbanizable industrial que no se han desarrollado. Son unas 380 hectáreas que con anterioridad, y en su mayor parte, eran fincas de suelo rústico. Con la reforma de la ley los ayuntamientos tendrán que devolver el dinero recaudado de más, la diferencia entre IBI urbano e IBI rústico a estos propietarios.

Aún no hay datos que determinen la cantidad que el Ayuntamiento tendrá que reintegrar, pero las cifras del catastro señalan que la revalorización del suelo y las construcciones de Benavente han aumentado desde 2013 en 150 millones de euros y tributan como urbanas casi 400 hectáreas más y un número similar de fincas. Las cifras coinciden.

Los ayuntamientos pueden ponerse ya en contacto con el Catastro para regularizar de nuevo la situación. Si el trámite se cumple de forma rápida el dinero cobrado de más a los contribuyentes podrá comenzar a devolverse a los afectados a partir de enero del próximo año.