La Corporación municipal inició ayer el mandato oficialmente con una sesión plenaria tensa y repleta de reproches. Los tres grupos políticos municipales tenían que debatir la periodicidad de las sesiones plenaria; la creación, composición, funcionamiento y competencias de las comisiones informativas; el nombramiento de representantes en órganos colegiados; la fijación de dietas, retribuciones para los puestos con dedicación exclusiva y parcial, y la asignaciones a los grupos políticos; la creación de la junta de portavoces; la composición de la mesa de contratación; y las delegaciones del Pleno en la Junta de Gobierno Local.

Salvo la creación de la Junta de Portavoces, aprobada por unanimidad, el resto de asuntos estuvo marcado por las recriminaciones del nuevo gobierno al antiguo y de la nueva oposición a la anterior; por acusaciones cruzadas de incoherencia en las anteriores funciones de todos; y por una reiterada guerra de cifras. PSOE e IU sacaron adelante las propuestas con su mayoría y el PP votó en contra. Durante la sesión el alcalde intervino en cinco ocasiones tras el debate de los portavoces y llegó a pedir a todos los concejales que mostrasen respeto en sus intervenciones por el resto de compañeros de corporación y evitasen pronunciarse durante los turnos de palabra de otros portavoces.

El PP abrió el melón proponiendo que las sesiones plenarias se celebren por la mañana y en horario laboral para reducir costes por asistencia de funcionarios y reprochó al alcalde la discrecionalidad de poder variar con un margen de cinco días la fecha de las sesiones ordinarias, que se producirán el último jueves de cada mes.

Cada dos meses

El Grupo Municipal Socialista defendió que la periodicidad de los plenos ordinarios solo ha variado del penúltimo jueves al último pero se mostró dispuesto a estudiar la propuesta del PP. Tanto el PSOE como Izquierda Unida defendieron el horario a partir de las ocho de la tarde para facilitar la participación ciudadana en las sesiones, que será reglada, y recriminaron al PP que no hubieran hecho lo que acababan de proponer durante los últimos ocho años para ahorrar costes de personal. El alcalde, Luciano Huerga, explicó que la discrecionalidad de cinco días (antes o después del último jueves de cada mes) en la fijación de la sesión obedece a criterios de flexibilidad en el caso de coincidencia con jornadas festivas.

En la composición de las comisiones los populares reconocieron la coherencia de la proporcionalidad pero no la periodicidad, que tacharon de "insuficientemente transparente". El portavoz de IU, Manuel Burón y el PSOE, precisaron que las sesiones se celebrarán como mínimo cada dos meses y afearon a los populares que durante el último mandato convocasen sesiones de trabajo que apenas duraban dos minutos para que el presidente cobrase 200 euros o que nombrase presidentes de comisión a ediles que no ostentaban la delegación para cobrar la dieta. "No va a haber picaresca", prometió en este sentido la portavoz socialista Sandra Veleda mientras los populares rechazaban esta acusación y defendían también el carácter informativo de las sesiones.

Las retribuciones, las dietas y las asignaciones a grupos políticos se convirtió en el asunto de debate más polémico. IU y PSOE presumieron de haber reducido el coste político y de hacer más con menos dinero. Es la Corporación "más barata y con más dedicación no sé por qué no les gusta", proclamó la portavoz socialista después de que su homólogo de IU, Manuel Burón, desgranara y comparará las cifras de anteriores mandatos y el actual para subrayar una reducción de 33.000 euros al año.

El portavoz del PP, Juan Dúo, acusó al equipo de Gobierno de ser incoherente con la austeridad que había propugnado en la oposición y propuso que el asunto quedase sobre la mesa y se iniciase una negociación entre todos los grupos políticos, a lo que el equipo de Gobierno se opuso. Dúo reprochó entonces a Huerga que presumiera de haberse bajado el sueldo cuando en realidad iba a cobrar 37 euros menos que Saturnino Mañanes. "No hay reducción del gasto en este apartado. Lo que hacer es quitar el dinero a todos y repartírselo entre cuatro", afirmó con carácter general y tras una guerra de cifras sobre los costes políticos.

El alcalde intervino, esta vez por alusiones, acusando al PP de desconocer el funcionamiento del sistema tributario y reprochándole que le calcularan el sueldo cuando no ha cobrado aún su primera nómina. Huerga, más serio, advirtió a Dúo, que se había referido en este asunto a los dos alcaldes, que no iba a tolerar la difamación personal e instituicional "porque solo hay un alcalde" y "lo soy de todo los benaventanos".