Cuando alguien dice que el perro es el mejor amigo del hombre es porque conocen a canes como Maggy, la perra adiestrada que ayer asistió al Centro Cultural Soledad González para demostrar el apoyo que este animal puede suponer para personas con discapacidad, con movilidad reducida o simplemente con avanzada edad, en la que la agilidad se va perdiendo mal que pese reconocerlo.
Esther Cascajo Sánchez, presidenta de la Asociación de Terapia Asistida con Animales "La Salmantina", ofreció ayer en la Universidad de la Experiencia una charla sobre la "estimulación neurosensorial de personas mayores usando perros de asistencia" en la que detalló cómo estos animales beneficiaban la salud de la gente de la Tercera Edad ayudando a reducir el ritmo cardíaco, disminuyendo la presión sanguínea, aumentando la interacción social y la estimulación mental, así como complementando la motricidad y potenciándola. Esta Asociación se encarga de entrenar perros para que formen parte de un programa terapeútico, es decir, para que apoyen a personas que lo necesitan. Labradores Retriever como el que ayer hizo la demostración práctica de llevar las diferentes piezas de un puzzle pueden indicar además cuándo suena el timbre o cuando un bebé está llorando, pueden ayudar a desvestir a una persona que no puedo hacerlo sola o recogerle los objetos que se caen accidentalmente al suelo y que ella misma no puede recoger. Incluso pueden acercar el teléfono móvil al dueño cuando éste suene, tal y como explicó Cascajo. Además, generan independencia en las personas con dificultades para moverse y ayudan a socializar a los dueños de estos canes, que se convierten en un miembro más de la familia.
Cascajo denunciaba ayer la reducción de ayudas públicas para este tipo de programas, a pesar de su gran utilidad.
Para el próximo martes, 26 de marzo, está prevista una conferencia sobre el centenario del genocidio armenio en la Casa de Cultura La Encomienda que comenzará a las 17.00 horas y a la que puede asistir todo el público.
Será impartida por el catedrático de Historia de América de la Universidad de Salamanca, Julio Sánchez Gómez.
