De muy pocos es conocido que en la iglesia de Santa Marta de Tera se encuentran varias reliquias de la fundadora de la Orden del Carmelo, de Santa Teresa de Jesús que en este año se conmemora el V centenario de su nacimiento. Pequeños objetos y artículos atribuidos a la santa forman parte del variado elenco del relicario de Santa Marta de Tera.

Esta iglesia románica construida sobre un antiguo cenobio hispano visigodo siempre ha gozado con el privilegio de albergar entre sus muros una rica muestra de reliquias de personajes aureolados que han venido a través de los siglos a realzar el templo del que se atribuye poder contar con los restos de la patrona, virgen y mártir, aunque en un lugar sin identificar. A los restos traídos, más recientemente, desde la seo astorgana por el prelado Camilo Lorenzo Iglesias y depositados en el altar con motivo de la consagración de la mesa pétrea al conmemorarse los 950 años de la donación del edificio monástico al Obispo de Astorga por el rey leonés Fernando I en el año 1063, se viene a sumar una amplia relación de reliquias. Los restos óseos de dos obispos astorganos, de los santos Ordoño y Dictino, el primero a quien el rey leonés Fernando I entregó en el año 1063 el monasterio de Santa Marta y el segundo quien en el siglo V se convirtió en gran defensor de la fe cristiana en una convulsa Hispania de la época, se hallan bajo el ara sagrada reubicada en el transepto del crucero.

Y en el relicario que actualmente se expone en la que fuera sacristía, a los pies de la desaparecida torre de la iglesia y frente a la antigua portada Oeste, se hallan unos "corazones de seda roja, ribeteados en plata, que fueron tocados al santo corazón y al brazo de Nuestra Madre Teresa de Jesús", asi reza en una antigua nota junto a estos preciados artículos. Otro tanto con una muestra de pelote del silloncito de la santa cuando iba a fundar. Los venerados artículos se hallan alojados en su vitrina del mueble relicario a donde han ido a parar para su exposición conjunta con el resto de reliquias del templo. Atribuidos a la santa Teresa de Jesús también se muestra un pañito que fuera tocado a su cuerpo virginal o también un trocito de estameña de su primera túnica.

Junto a las reliquias de la santa Teresa de Jesús se hallan telas o pañitos tocados a cuerpos de santos como el de San Juan de la Cruz, de San Esteban rey de Hungría, o cintas tocadas a los respectivos cuerpos de los santos Eugenio y Leocadia, asi como restos óseos atribuidos a San Valeriano, a Santa Flora, de San Eugenio, el obispo San Martín, del santo mártir Indalecio, de San Salvador, San Pelayo, del Palio Santo, de San Longinos mártir o de reliquias no identificadas, entre otras muchas más que complementan en otra estancia tres pequeñas lipsanotecas del siglo XI. Es decir, tres cajitas de madera que guardan reliquias de santos acompañadas por las inscripciones en letra visigótica con la identificación de éstos.

Sobre el altar que hasta el 1 de junio de 1981 residía sobre el muro de cabecera, se encontraban entonces la reliquias de los santos y mártires, junto al Sagrario y el muro Este de la antigua ermita del cenobio.

Ahora residen en un pequeño mueble relicario formando parte de la muestra expositiva de la colección museística de esta iglesia. Sobre el altar de madera retirado entonces y que mira ahora a la bella portada occidental, la también para muchos puerta desconocida.