Benavente registró el viernes un récord de presión atmosférica máxima debido al anticiclón. En concreto el barómetro de la estación meteorológica del colegio Virgen de la Vega marcó un máximo de 1.050,6 hectopascales o milibares.

El profesor del Departamento de Ciencias del colegio benaventano y responsable de la estación meteorológica, Gabriel Pérez Aguado, explicó ayer que desde hace varios días estamos bajo la influencia de lo que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) considera como un "Anticiclonazo" o "Súper Anticiclón", razón por la que el viernes se batió el récord de presión atmosférica máxima.

"La estación del Colegio Virgen de la Vega ha registrado una lectura de 1050.6 hPa, la máxima en la serie de 10 años, desde su instalación. El anticiclón se encuentra situado sobre nuestra región lo que explica estas lecturas de récord y la causa de la persistente niebla sobre nuestra ciudad", indicó.

Este récord de altas presiones atmosféricas tiene sus efectos. Pérez Aguado recuerda que hay estudios que relacionan la alta presión atmosférica con la salud, sobre todo entre ciertos grupos de personas que son sensibles a las variaciones de la presión. Estos trabajos valoran y describen la influencia que la presión atmosférica podría ejercer sobre una serie de enfermedades, sobre todo circulatorias y respiratorias. Por ejemplo, hay estudios en los que se asocia la hemorragia intracerebral por ruptura de aneurismas con presiones atmosféricas altas. "En otros el énfasis se pone en los cambios bruscos de presión atmosférica, sobre todo en el período frío del año, entre octubre y marzo", explica Pérez Aguado.

La presión atmosférica también influye en las cardiopatías coronarias y puede provocar neumotorax espontáneos. En la Comunidad de Madrid se ha objetivado una asociación entre las altas presiones en invierno y la mortalidad de causa circulatoria y respiratoria. "La presencia continuada de una zona de altas presiones (anticiclón) durante el invierno coincide con las temperaturas más bajas. Por otra parte, la estabilidad atmosférica característica de las altas presiones, con ausencia de viento, impide la dispersión de los contaminantes, aumentados por el efecto de las calefacciones. Ambos factores, temperaturas bajas y elevada concentración de contaminantes, están asociados a un aumento de la mortalidad. Por tanto, podrían ser los mecanismos a través de los cuales la presión atmosférica actuara sobre la mortalidad", asegura el profesor benaventano citando un estudio de la Comunidad de Madrid.