El bachiller y reverendo Alonso Mateos ya puede descansar tranquilo porque su llanto se ha llegado a escuchar en el sancta santorum de la Junta de Castilla y León. El silente llanto de los restos del cura que dejó al morir sus rentas a la iglesia de Grijalba de Vidriales, el último día de febrero de 1561, han calado en la Administración Autonómica. Los presupuestos de Castilla y León para el ejercicio del 2015 contemplan una partida de 73.000 euros dentro de la consejería de Cultura y Turismo con el fin de intervenir en la iglesia de Grijalba.

La actuación tendrá que traducirse primeramente a través de la aprobación y del expediente de licitación de obra, previsiblemente tomará forma en la primavera próxima o en el verano con el fin de sustituir la cubierta de este edificio religioso declarado monumento nacional el 10 de octubre de 1982 (BOE 15 de noviembre de 1982) y al que la falta de celo de Patrimonio le venía lloviendo críticas desde todos los estamentos posibles y de los que ha venido puntualmente haciéndose eco este diario.

La declaración de monumento nacional ha permitido únicamente reparaciones puntuales y eso "para que las goteras no se hicieran mayores", han explicado algunos vecinos de Grijalba.

Vecinos, instituciones y la parroquia a través del delegado diocesano de Patrimonio, todos han venido reclamando una urgente actuación debido al estado de deterioro que presenta el edificio, con especial incidencia en la cubierta debido a las numerosas goteras que ya han hecho mella en el importante artesonado de la nave central.

Y es que esta iglesia de Grijalba, ecclesia alba o iglesia blanca alberga verdaderos tesoros artísticos y que van desde la arquitectura de cubierta mozárabe, la bóveda con nervios góticos, hasta el imponente retablo de su altar mayor del siglo XVIII de la Escuela de Gaspar Becerra, ni que decir tiene las joyas escultóricas de sus imágenes.

La última actuación que se llevó a cabo en este edificio religioso de los más importantes de la comarca fue la procurada hace una docena de años por los vecinos con la reconstrucción del pórtico que resguarda un arco trebolado entre columnas rematadas con capiteles con bolas. "La cubierta de la nave ya no puede más", escribía este redactor el pasado año, "si el bachiller Alonso Mateos, después de 452 años y 48 días se levantara de su tumba entraría en tropel en el sanctasanctórum de la consejería de Cultura para hacer oír su voz". Parece ser que por fin se han escuchado sus lamentos desde su tumba y las silentes piedras de los paramentos de este edificio con aires de fortaleza, verán mitigados sus clamores como al igual los de los vecinos que ayer mostraban su alegría por la decisión de la Junta de destinar 73.000 euros para reparar la iglesia dedicada a Nuestra Señora de la Asunción. Florencio Uña Calvo, uno de los pocos vecinos que ya quedan en Grijalba, recibía la noticia con alegría al igual que el párroco Miguel Hernández. Las preocupaciones de unos y otros parece que son atendidas.