La ciudad de León brindó ayer un emotivo adiós a los tres guardias civiles fallecidos el domingo en el municipio de Maraña en un accidente de helicóptero cuando realizaban un rescate de montaña. Miles de personas se dieron cita en la plaza de la catedral para asistir al acto castrense y al funeral por el eterno descanso de Emilio Pérez Peláez (natural de San Pedro de Ceque), Marcos Antonio Benito Rodríguez y José Martínez Conejo. La llegada de los familiares de las víctimas arrancó los primeros de los numerosos aplausos de los congregados.

Las numerosas autoridades presentes, con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, a la cabeza, numerosos mandos de las Fuerzas Armadas y una nutrida representación institucional asistieron en primer lugar al acto de imposición, a título póstumo de las medallas del Mérito a la Guardia Civil y de Oro de Protección Civil, ambas con distintivo rojo; una ceremonia que tuvo lugar en la plaza y que precedió a la misa.

La celebración religiosa estuvo presidida por el arzobispo castrense, Juan del Río, acompañado de los obispos de Astorga, Camilo Lorenzo, y León, Julián López, quien quiso transmitir un mensaje de "gratitud y admiración" hacia la Guardia Civil y sus miembros y lo hizo también en nombre de la Conferencia Episcopal, de la provincia eclesial de Oviedo y de los numerosos obispos que le hicieron llegar mensajes de condolencia para las familias. Entre ellos, destacó, el del prelado de Huesca, "especialmente sensible en este caso porque también acoge un grupo de rescate de montaña".

En su homilía, el arzobispo destacó en primer lugar que los fallecidos "amaban a España y el ejercicio del deber" y eran hombres hechos en los valores de la Guardia Civil, entre los que citó "el honor, la valentía, el sacrificio y la generosidad". Juan del Río se dirigió expresamente a los hijos de los malogrados agentes para decirles que sus padres les dejan "la mejor herencia, la generosidad, la entrega y el deber bien cumplido".

También tuvo un mensaje directo para las viudas a quienes aconsejó que "lo mejor que podéis hacer es sacar a vuestros hijos adelante" y añadió que en momentos de gran dolor como el que pasan, "la esperanza es la mejor respuesta". A todos los familiares les recalcó el orgullo que deben sentir por quienes dieron la vida por salvar a otro como parte de "la trayectoria de los héroes anónimos".

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quiso agradecer su labor al Instituto Armado, "y de manera muy particular a los tres agentes que han dado su vida en el servicio a los demás, de manera heroica, en una actividad absolutamente humanitaria y benemérita como corresponde a la identidad histórica, a la naturaleza de la Guardia Civil".

La Benemérita, añadió, es una familia a la que la ciudad de León y los leoneses "han arropado y dado una gran acogida en todo momento y especialmente ayer y hoy". Además, recalcó que en su condición de ministro ha recibido en las últimas horas "múltiples testimonios para trasmitir afecto y cercanía al Instituto".

Miembros de grupos de rescate de montaña de otras regiones españolas no quisieron faltar al funeral de sus colegas y arroparon a los compañeros de los fallecidos.