Casi un centenar de alumnos del colegio «Sansueña» en Santibáñez de Vidriales, se acercaron a la fragua de esta localidad para conocer de primera mano el oficio del herrero. Del forjador y su relevo generacional en la carpintería metálica.

De la mano del herrero Manuel Díez Barrigón y de su hijo Manuel, los escolares vidrialeses giraron la visita en el marco de la programación de las actividades extraescolares y coincidiendo con la celebración del Día del Trabajo que al ser festivo el jueves, se realizaba ayer viernes.

Distribuidos en dos grupos, los alumnos se acercaron al rezagal del herrador, al moldeado del hierro en el yunque y en el macho pilón. Hasta Manolo el herrero no quería desaprovechar la ocasión para que los pequeños se adentrasen en la soldadura. Las caretas de soldar procuraron que los más atrevidos se acercaran a este oficio de precisión.

Tocaba el turno de conocer el relevo generacional del herrero de la mano de su hijo Manuel. Los delicados trabajos sobre el aluminio en la carpintería metálica vinieron a asombrar a algunos de los niños.

Pero faltaba por conocer el mejor regalo de la visita, el museo de utensilios y aperos que durante años ha venido coleccionando el herrero ya jubilado y sus propias creaciones con la forja. Este artista del modelado del hierro no dudaba en atender las preguntas de los escolares sobre la utilidad de los utensilios y su denominación. Los más avezados manifestaban su orgullo ante los compañeros asegurando conocer uno u otro apero e instrumento objeto de la muestra expositiva.

Una jornada didáctica la vivida ayer por los escolares del Sansueña con su visita a la fragua acercándose al proceso de la fundición del hierro y su moldeado. A la fabricación de utensilios e instrumentos con el metal adentrándose en uno de los oficios más antiguos y nobles del hombre. Y ello, azuzando el rezagal de Manolo el herrero de Santibáñez de Vidriales.