El nombre de la deidad griega de Orfeo aparecida en los restos del triclinium o sala de gala de la villa romana de Camarzana de Tera, ha sido el elegido por Patrimonio de Castilla y León para bautizar a esta «mansio» de la época tardoromana. La «villa romana de Orpheus» no se sabe a quien pertenecía, quien era su «dominus», aunque todo hace apuntar a un responsable militar de los cercanos campamentos romanos de Petavonium en Rosinos de Vidriales, o de un acaudalado propietario enriquecido con el comercio. Una cosa sí es cierta y en la que coinciden los estudiosos a raíz de la riqueza de los restos musivarios aparecidos. El material utilizado en los mosaicos, en las teselas de pasta vítrea y variscita, viene a determinar el estatus del propietario de la mansión romana.

El solado de la sala del comedor de la villa de este adinerado señor representa a la deidad de la Tracia, al dios Orfeo, rodeado de animales, una representación muy habitual en la sociedad romana pero que bien pudiera tener en cuenta la representación del icono de Orfeo rodeado de caballos y de otros animales para dar la seña identitaria del oficio del propietario de la casa, la de comerciante tanto de animales como de minerales de las pequeñas explotaciones que abundaban en la zona. La villa de la que ya se tiene constancia en el año 967 a través de un diploma de la catedral de León tuvo necesariamente que pertenecer a un rico señor.

La Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León no ha dudado en reconocer la importancia de los restos musivarios bautizando con el nombre de Orfeo a la villa de Camarzana en el toldo recién instalado sobre la parte Este de los restos arqueológicos o del frontal de la carretera por donde se accederá al recinto en la primavera del 2014 para contemplar «in situ» las excavaciones.