Los vecinos de Pobladura del Valle han decidido devolver al Ayuntamiento las fincas de choperas que venían regentando como arrendatarios, una vez se proceda a la tala de los árboles. Este es el acuerdo al que ha llegado la treintena de arrendatarios reunidos en un concejo abierto convocado en el Consistorio el pasado sábado a raíz de las denuncias de talas indiscriminadas de choperas en los terrenos comunales ribereños a la margen izquierda del río Órbigo entre los términos de Maire de Castroponce y la Torre del Valle.

Con la tala de los chopos de las fincas o quiñones se extingue el canon de 16 euros anual que hasta ahora venían satisfaciendo los arrendatarios al Ayuntamiento como legítimo propietario.

La decisión adoptada por unanimidad de los vecinos viene a cumplir la actual ordenanza que establece la reversión de las fincas al Ayuntamiento una vez se proceda a la tala de chopos. Más aún, algunos de estos arrendatarios han decidido adelantarse dejando en manos del Consistorio las fincas con la consiguiente extinción del canon. Una circunstancia que se producirá de forma automática una vez que se proceda a las cortas de la madera, explicó ayer el alcalde Mariano Geras.

Las pequeñas parcelas o quiñones de 300 metros cuadrados se han venido transmitiendo de generación en generación a raíz de una antigua tradición por la que el Ayuntamiento cedía el terreno para el cultivo de huerta a las familias en cuyo seno había un recién nacido.