Leovigilda Barrio Rodríguez falleció en Santiago de Compostela el pasado 7 de diciembre a los 94 años y ayer fue despedida por cientos de personas en su localidad natal, Manganeses de la Polvorosa.

De entre sus hijos, Julián y Dámaso Barrio Barrio, destaca el primero por ser arzobispo de Santiago de Compostela. Monseñor Julián ofició la misa de despedida de su progenitora en la tarde de ayer en Manganeses de la Polvorosa, localidad natal de ambos, donde vecinos y gran parte del clero se acercaron para dar el último adiós a Leovigilda, que vivía en Santiago de Compostela desde hace casi diez años. Doce obispos presidieron la celebración de la homilía, entre los que estaban el de Astorga, Camilo Lorenzo Iglesias o el de Lugo, Alfonso Carrasco. Al acto acudieron alrededor de 250 personas, de las cuales casi 100 eran sacerdotes de las Diócesis de Astorga y Santiago de Compostela. Acudieron también seminarias mayores y menores de dichas Diócesis, así como diversos religiosos. No faltaron tampoco sus familiares ni los vecinos del pueblo, que recuerdan a la señora Barrio con cariño y a la vez con tristeza por su marcha.

Debido a la gran afluencia de gente, la eucaristía se celebró en la calle, en la parte este de la iglesia San Vicente Mártir. En este espacio se improvisó un altar, se dispusieron varios bancos y sillas y se instaló un sistema de megafonía para poder seguir la misa, incluso los que estaban al otro lado del puente, frente a las viviendas de la plaza de la Iglesia.

Hasta la localidad zamorana se desplazaron dos autobuses, a mayores de todos aquellos que viajaron en coches particulares o en transporte público. La capilla ardiente se instaló en la casa particular de la familia Barrio, a petición de la fallecida. Dicha vivienda se encuentra ubicada en una calle que lleva el nombre del arzobispo de Santiago de Compostela. Monseñor Barrio dijo en el sermón: «mis sentimientos se sobreponen a la voluntad de Cristo» y añadió que dicha voluntad es la correcta porque así ha sido en otras ocasiones.