La fiesta del Corpus en la ciudad era antes uno de los acontecimientos de más arraigo y tradición de todo el año. Pero actualmente, debido a la intensidad de las fiestas del Toro Enmaromado que han copado totalmente el protagonismo, cada vez tiene menos fuerza. Ayer volvió a manifestarse.

La celebración del Corpus, que antiguamente era en jueves, «uno de los tres jueves del año que relucen más que el sol», se ha pasado al domingo. Una misa, y una procesión por las calles céntricas de Benavente, constituyen el festejo.

No faltaron un numeroso grupo de niños y niñas, vestidos de primera comunión y sus familiares, todos vestidos para la ocasión y con la cámaras fotográficas dispuestas para inmortalizar el acontecimiento.

Al Corpus benaventano, tal y como queda reflejado en la documentación referente a esta celebración, acudía en el pasado no sólo los numerosos miembros del Cabildo de San Vicente, sino gran parte del clero de la comarca y sus distintas merindades y representaciones de cada pueblo con sus cruces parroquiales, pendones y estandartes. A la procesión se unían representaciones de las distintas comunidades religiosas de la villa (dominicos, franciscanos y jerónimos) además de las diversas cofradías gremiales y piadosas. Ayer, sin embargo, la resaca de las fiestas redujo considerablemente la participación en la celebración del Corpus Christi.