En el último encierro de las Fiestas del Toro Enmaromado 2012 los astados de la ganadería de Sepúlveda de Yelpes, procedentes de Salamanca, causaron un herido de carácter leve. A. M. G, varón de 49 años de edad, fue empujado por uno de los novillos en la plaza de la Madera. Debido a la caída el corredor sufrió un corte en la ceja izquierda.

Los servicios sanitarios situados en dicha plaza atendieron al herido. Procedieron a suturar el corte, y en ese mismo lugar se le dio el alta.

El resto del acontecimiento taurino transcurrió con normalidad, salvo algunos rasguños provocados por caídas, pero sin ninguna importancia destacable.

El herido grave, J. M. C, causado por los novillos de la ganadería Cebada Gago procedentes de Cádiz, evoluciona favorablemente en el complejo hospitalario de León. A pesar de la aparatosidad de la cogida del viernes, la pierna del varón de 35 años, no presenta lesiones en nervios, tendones, o en el hueso. Tan sólo se ha visto afectada la masa muscular. El herido se encuentra fuertemente sedado debido a los dolores causados por la lesión.

No se prevé aún que reciba el alta, ya que una herida por asta de toro tiene muchas probabilidades de infectarse. Los sanitarios del complejo hospitalario de León observarán su evolución y posiblemente a mediados de la semana que viene el hombre puede dormir en casa si el desarrollo sigue siendo igualmente favorable.

En el último encierro de 2012, se realizaron dos sueltas. En la primera salieron seis toros de Cebada Gago. Tardaron dos minutos y veinte cinco segundos en completar el recorrido. La segunda suelta fue protagonizada por las reses de Sepúlveda de Yelpas, quienes ocasionaron el único herido a destacar de la tarde. En dos minutos y medio, un poco más que los novillos anteriores porque uno de ellos se quedó rezagado, finalizaron el trayecto programado.

De los tres encierros celebrado en Benavente durante estas fiestas, el de la tarde de ayer fue el que más público atrajo. El comienzo del fin de semana ha producido la llegada de multitud de personas que no residen habitualmente en la ciudad. En el vallado urbano no había un hueco donde situarse para ver el espectáculo taurino. En muchas ocasiones las autoridades presentes en el encierro llamaron la atención por la presencia de menores en las primeras vallas.

A las doce de la noche dio comienzo la habitual sesión de fuegos artificiales a cargo de pirotecnia Benavente. El lugar elegido para el lanzamiento de los fuegos fue la pradera. Un sitio que posibilitaba una visión óptima desde muchos puntos de Benavente.