«Desde el primer día accedieron a nuestro sitio web 350 personas que quizás buscaran otra cosa y que es de suponer que en cuanto vieran nuestro logo salieran del sitio». Así se expresa Javier Cano, el «webmaster» de «El reguero del culo», una sociedad cinegética gastronómica integrada por un grupo de cazadores quienes todas las semanas recorren los terrenos de la Sierra de Carpurias en busca de cobrar alguna pieza. Desde octubre del 2010 hasta fines del 2011 se habían contabilizado más de 35.000 visitas a la web «El reguero del culo». Desde ordenadores de EE.UU. y Canadá en el norte de América o del centro y sur de este continente, así como de España y países del resto de Europa o de Arabia Saudi, Australia, Singapur o Japón, entre otros. Las inquietudes de esta sociedad de amigos de Arrabalde Coomonte de la Vega y Villaferrueña son divulgadas por la red . «En cientos de ciudades de todos estos países vive alguna persona que nos conoce, que nos ha visitado en al menos una ocasión hasta llegar a la cifra total de 352.864 páginas vistas», resalta Javier Cano, arquitecto de profesión, aportando las estadísticas web.

Al grupo de amigos les une una afición que en ocasiones «raya la enfermedad», como apuntan estos profesionales de la agricultura, de la ganadería y de los más diversos sectores y a quienes no les causa rubor alguno desarrollar, defender y divulgar su visión de lo que es el noble arte de la caza y la pesca. Su satisfacción es plena al comprobar que personas de los cinco continentes han pasado un rato viendo sus vídeos o leyendo sus temas en el «blog.elreguerodelculo.es».

Tanto Javier Cano, como Ángel Posada, presidente vitalicio, «hasta que lo cacemos» apuntan, Marcelino Baladrón, Marcos Baladrón, Roberto Llordén, Amós Tejedor, Carlos Tejedor, Israel Tejedor y Luis Fuente se reúnen quincenalmente para comentar sus vivencias.

Por turno, cada uno de ellos se encarga de elaborar el almuerzo para sus compañeros. En esta última ocasión le tocaba preparar los fogones al joven Luis. Grandes cazuelas de barro, de Pereruela, servían para elaborar alubias con almejas y manitas de cordero con patatas. Los típicos y más que sabrosos dulces de «bocas de sapo» y «leche frita», elaborados por Sarita, una familiar de Luis, las pastas y el café y licores daban paso a uno de los ritos más agradecidos por este grupo de cazadores y amigos. En el libro de actas se reflejan tanto las inasistencias sin justificar de alguno de los integrantes, como la falta de aportar la uniformidad característica del colectivo, una camiseta con el logo de la sociedad. Las multas no se perdonan a nadie, pero «los piques» saltan a la luz a la hora de puntuar entre todos la elaboración de la comida del día. El libro de «el reguero del culo» es un fiel reflejo de ello.

El grupo de cazadores que desarrollan su actividad cinegética en el coto de Arrabalde prolongaron su jornada de caza pródiga en comentarios al ritmo de los compases musicales procedentes del acordeón de manos de un invitado. El vecino de Alija del Infantado, Manuel Rabanal. Este colectivo finalizará la temporada con una abundancia de piezas capturadas. Sobre todo de perdices y liebres. «La temporada está muy bien. Ha sido un año excelente para la codorniz» aseguran diciendo que «posiblemente haya sido la más alta desde el año 1980». Los terrenos de la Sierra de Carpurias son propicios aunque no obstante apuntan como mayor problema a la climatología, la ausencia de agua para la caza, «ya que no hay balsas donde puedan beber».

Los amigos de esta sociedad cinegético gastronómica pretenden potenciar aún más su blog con el fin de que quienes se acerquen puedan disfrutar de sus cosas.