Ya han transcurrido dos siglos y el osario de la iglesia de San Salvador en Arrabalde lucirá una nueva estampa antes de finalizar el año aunque su destino final será otro, el de servir de almacén de ornamentos y objetos litúrgicos. Los pétreos muros de la pequeña estancia ya no dejarán contemplar los trabajos realizados en canterías cercanas, aunque permitirán acoger un recinto con multiplicidad de usos.

Una dependencia aneja a la fachada norte de la nave central del templo parroquial de Arrabalde sirvió desde el momento de su construcción, en el año 1804, como osario. Durante todo el siglo pasado su finalidad servía de almacén y depósito de las andas de las imágenes que los fieles sacaban en procesión por las calles.

Unas cuantas, porque en Arrabalde se procesionan en una misma festividad hasta cinco vírgenes, la de la patrona Santa Bárbara y las imágenes de las vírgenes bajo las advocaciones del Rosario, del Carmen, de Fátima y de la Inmaculada.

El trastero de la iglesia venía siendo utilizado, en algunas épocas del año, para acoger un mercadillo solidario donde se ofertaban productos con el fin de recaudar fondos para la ya proyectada reforma de esta dependencia. La Junta Parroquial ya tenía en mente desde hace años que el almacén del antiguo osario precisaba de una reforma integral para conferirle un uso definitivo como el depósito de utensilios y objetos litúrgicos.

La empresa local «Tejedor y Ramos» se encarga en estos días de restaurar la dependencia permitiendo dos alturas con el fin de aprovechar la superficie del reducido espacio. En el almacén litúrgico se construye además un servicio y aseo.