Miguel Pita, escalador gallego, será el encargado de impartir la última charla en las Jornadas de Naturaleza y Montaña. En su intervención, «Luces y Sombras» intentará mostrará la cara amable, pero también la oscura, del alpinismo.

-¿Es difícil llegar a convertirse en un escalador profesional?

-Escaladores profesionales hay muy pocos, realmente lo que hay es gente que dedica mucho tiempo a este deporte, pero realmente no viven de ello, como yo.

-¿En qué reside esta dificultad?

-Estamos hablando de una actividad no mayoritaria. El alpinismo no es un deporte de masas y, además, es un deporte que no puede ser espectáculo, porque no se puede mostrar al público en directo. De esta forma, es difícil que esta actividad pueda generar grandes beneficios. Solo en países como Francia o Estados Unidos los patrocinios para los escaladores son más elevados.

-¿Qué le proporciona este deporte?

-Unas vivencias muy intensan en contacto con la naturaleza más salvaje. Proporciona también la posibilidad de conocer lugares que otra gente no puede acceder y una unión muy fuerte con los compañeros con los que compartes estas vivencias. La montaña te ofrece muchas sensaciones y muchos sentimientos.

-¿Cuál es el atractivo de la verticalidad?

-A nivel químico supongo que se basa en el aumento de adrenalina. A nivel sensorial te atrapan las sensaciones intensas que transmite. Uno aprende a controlar los miedos, las dudas, las incertidumbres y, por otro lado, a superar las dificultades en cada momento.

-¿Cuántos días dedicas a este deporte?

-Mi trabajo me permite poder aprovechar el tiempo libre que tengo durante la semana para realizar alpinismo. Después también dedico los fines de semana y vacaciones. Hay que tener en cuenta que dentro del alpinismo hay muchas modalidades; el esquí de montaña, la escalada en hielo, la escalada en roca; y a cada modalidad le puedes dedicar mogollón de tiempo.

-¿Dónde suele acudir?

-A la Cordillera Cantábrica y a los Picos de Europa.

-¿Cuál es la sensación al finalizar alguna de las aventuras o retos propuestos?

-Creo que la sensación es como alcanzar cualquier reto en la vida. Uno se marca un objetivo con gran deseo de lograrlo, y cuanto más tardes en lograrlo y más esfuerzo te haya costado, más satisfacción te produce. Pero cuando lo consigues enseguida te propones otro. Los seres humanos estamos en una espiral que no tiene fin.

-Bajo el título «Luces y sombras» impartirá su charla hoy, ¿de qué trata?

-Mi experiencia en la montaña me ha proporcionado muchas luces, es decir, mucha satisfacción y felicidad, pero también tuve una sombra enorme que fue la muerte de mi compañero en una expedición que realizamos juntos. A partir de ese momento, que fue hace cinco años, me puse a reflexionar sobre el sentido de esta práctica. Hablaré sobre las grandes sombras de este deporte que son los accidentes mortales, también sobre las luces.

-¿Qué sucedió exactamente ese fatídico día?

-En una aventura que realizaba junto a mi compañero, él se despeño por la pared. Yo me quedé durante una noche sin material y sin medios poder bajar. Al final tuve que descender por una vertiente que no conocía. Tuve suerte porque mi cabeza reaccionó bien y no me bloqueé. Concentré toda mi fuerza en mi propia supervivencia intentando no sucumbir al desánimo y a la tristeza, después de haber perdido a mi compañero y amigo.

-Después de esto, ¿pensó en dejar de realizar este deporte?

-En un primer momento decidí retirarme, pero fue pasando el tiempo, seguía relacionando con el mismo grupo de amigos escaladores, y el amor por la naturaleza y la montaña te hace que sigas adelante y vuelvas a la actividad poco a poco.

-¿Cuál es el fallo qué está detrás de las caídas graves?

-Detrás de una caída casi siempre hay detrás errores humanos que siempre pueden ser evitables. En nuestro caso fue un error de valoración a la hora de montar un punto sobre el que nos descolgábamos. Algunas veces una equivocación no tiene resultados tan catastróficos, pero en ese momento sí.

-¿Cree que un escalador es consciente del riesgo que corre?

-Todo escalador asume un compromiso cuando va a la montaña. En principio si somos conscientes, pero nunca te puedes imaginar la vivencia tan desagradable que supone que tu compañero caiga y tengas que rescatarlo sin vida. Uno no es consciente de eso hasta que realmente le pasa. Es cierto que dependiendo de la modalidad de alpinismo que realice cada persona, se es consciente hasta cierto punto de los riesgos que está asumiendo.

-¿Continuará con este deporte?

-Continúo escalando, pero he bajado el nivel. Realizo escaladas prácticamente seguras, de disfrute como digo yo.

1972, Ferrol

Miguel Pita es profesor de Educación Física. Ha dedicada parte de su vida al alpinismo y lo sigue haciendo a pesar de haber vivido una mala experiencia hace cinco años realizando este deporte. Perdió a un compañero y amigo en una de las travesías. En la charla, que impartirá hoy en la Casa de la Cultura «La Encomienda» a partir de las ocho de la tarde, reflexionará sobre las «Luces y sombras» de la escalada. La montaña puede ser un lugar maravilloso, lleno de atractivo y de satisfacciones, pero en ella se deben asumir muchos riesgos. El fallecimiento de su amigo le hizo ver el lado oscuro de este deporte, pero aunque haya bajado el nivel, continúa realizando escalada en sitios más seguros y cercanos porque su pasión por este deporte no ha mermado.