Los indignados del movimiento 15-M de Benavente acudieron a la sesión extraordinaria de toma de posesión de la Corporación Municipal. Una veintena de personas ataviadas con caretas blancas y con una decena de pancartas amarillas (color que representa al colectivo) en las que se podía leer lemas como: «Yo valgo más que un voto», «porque otro Benavente es posible, nosotros somos la fuerza y los que tenemos la última palabra», «la dedocracia no es democracia», «ayuntamiento miento, miento, miento» entre otras, reivindicaban la poca representación que, según dicen, les otorgan los políticos en general, y la corporación local en particular. «Es un llamamiento de atención a la política benaventana de que la sociedad quiere un cambio y quiere modificaciones. Queríamos estar presentes un día como hoy para tuvieran en cuenta que estamos aquí, sabemos lo que queremos y tenemos los medios para llevarlo a cabo».

La acción fue pacífica y silenciosa y sin ningún incidente, por lo que las fuerzas de seguridad municipales allí presentes no tuvieron que intervenir en la concentración.

Crearon un pasillo a la entrada de la Casa de la Cultura de la Encomienda por donde tenían entrada todos los concejales electos, familiares de ellos y medios de comunicación.

Señalaron que las caretas blancas no han sido utilizadas por razones de anonimato, sino «para representar a todas las personas que por razones de trabajo u otros asuntos no han podido asistir y sienten la misma indignación que nosotros por las medidas que se están llevando a cabo desde el ayuntamiento».

Desde las 10.30 de la mañana, una veintena de personas se organizaban para recibir a los políticos que iban a participar en la toma de posesión y que formarán el nuevo consistorio municipal. «Organizamos esta acción porque queríamos que nos tuvieran presentes este día tan importante para ellos. Los políticos que iban llegando nos miraban y se sorprendían, creo que no se lo esperaban, ya que este tipo de reivindicaciones no son normales aquí en Benavente. Esta no es la primera acción ni será la última» explicaba uno de los manifestantes.

Destacaban que ninguna fuerza política se había acercado a interesarse por sus reclamaciones. Anteriormente, el grupo de indignados estuvo hablando con el alcalde. Saturnino Mañanes aseguró al colectivo, que si la acción era pacífica y tranquila, podían entrar al pleno sin ningún problema.