El padre Eulalio del Niño Jesús falleció el 13 de enero de 1960. Tres días mas tarde, el Diario Ya recogió el suceso titulando: «Religioso muerto por una máquina de desgranar maíz». La noticia da cuenta de que en la finca denominada «La Gándara», en el término de Benavente, junto a la carretera de Madrid-Coruña, hacían vida de comunidad el padre Eulalio del Niño Jesús, acompañado de un hermano lego llamado Silvino del Santísimo Sacramento, los dos carmelitas descalzos.

El padre Eulalio estaba dentro de una habitación desgranando maíz, para lo que se valía de una máquina movida por motor y en la que pareció advertir alguna anormalidad. Se acercó para comprobarlo y le alcanzó el volante por la capucha del hábito, aprisionándole de manera tan violenta que le produjo la muerte instantánea por asfixia.

Al poco rato, como el hermano lego no oyera funcionar la máquina penetró en la habitación y le encontró muerto. Poco después se personó el Juzgado, que instruyó las diligencias de rigor.

El suceso, según las investigaciones municipales realizadas para informar la propuesta de denominación de la calle, «causó gran consternación en Benavente donde esta comunidad religiosa carmelita era muy apreciada».

Los restos del fraile recibieron enterramiento en el Cementerio Municipal de Benavente, «concretamente en unas sepulturas a nombre de la Vicaría de San Millán y Cabildo Eclesiástico de Benavente. En el registro de enterramiento se constata como causa de su fallecimiento el de muerte por estrangulación».

El Padre Eulalio del Niño Jesús, nació en Cerezal de la Guzpeña, un pueblo de la montaña leonesa, el 24 de Junio de 1899. Su nombre de bautismo era Juan Fuentes Fernández.

Según los datos facilitados por la orden Carmelita, realizó estudios de humanidades en el seminario de los padres carmelitas de Villafranca (Navarra), continuando el noviciado en Larrea, donde vistió el hábito carmelita y termnió profesando el día 9 de julio de 1917.

«Realizaría posteriormente su Profesión solemne en Begoña (Bilbao) el día 9 de septiembre de 1923, para recibir unos años después el orden del presbiterado en Burgos. Desde 1928 hasta 1948 el Padre Eulalio desgranó su actividad en Ecuador. Desde esa fecha hasta la de su muerte trabaja en distintos conventos donde la obediencia le destinó al Burgo de Osma (Soria), Oviedo, Las Palmas de Gran Canaria, y Benavente (Zamora)».

El Padre Eulalio «fue un misionero integral; lo saben los actuales misioneros de la Misión de San Miguel de Sucumbíos (Ecuador)», sostiene la Orden Carmelita en una pequeña biografía del ahora homenajeado.

«Quedan todavía -indica esta hagiografía- realizaciones suyas que hablan de su trabajo. Sus contemporáneos resaltan el hecho de que fue él quien acertó en el sentido y la orientación que habían de seguirse en la misión ecuatoriana. Su entrega fue total: trabajó en todas las actividades que exige el establecimiento de una misión. Y se entregaba a todo con una especie de destinación instintiva, como si hubiera nacido para aquello que entonces tenía que hacer. Y trabajaba con entusiasmo y con meticulosidad».

En Benavente ocupó el puesto de Superior y Administrador en una suerte de convento donde los carmelitas proyectaban crear una suerte de centro de estudios de Formación Profesional.

«Su vida en los conventos de España en la última etapa de su existencia siguió en ese ritmo sencillo y heroica de obediencia ejemplar» dicen sus hagiógrafos para los que sus últimos años en Benavente «es un ejemplo incomparable».

«Lo pueden valorar quienes la conocieron de cerca. Lo más significativo, con todo, es la sencillez con que la llevaba, como algo tan normal, tan por encima de posibles críticas o reclamaciones. Y muchos han comprobado la singularidad heroica de esa vida». Y «una virtud paralela a su obediencia fue su laboriosidad», añade. «Así le llego la muerte: trabajando» porque «no distinguía de trabajos, ni los escogió nunca. Por simple, por humilde, por olvidado. Su misión era trabajar. Y en todo ponía la misma ilusión y la misma lealtad».