La Confederación Hidrográfica del Duero ha obligado al Ayuntamiento de Bretó de la Ribera a retirar una pasarela que fue instalada hace dos años sobre el arroyo «Pozarcos» junto al río Esla. La efectividad se puso de manifiesto en la primera hora de la mañana de ayer cuando en presencia del alcalde, Abilio Velasco, varios operarios con una gran grúa retiraron la plataforma de hormigón de 9 toneladas de peso. El regidor municipal había adoptado la medida ante el último escrito de la Confederación recibido el pasado día 8 en el que se le notificaba al Ayuntamiento a través de un apercibimiento de multa coercitiva que en el plazo de cinco días se tendría que derribar la pasarela peatonal construida sobre el cauce del arroyo de Pozarcos. En caso contrario, el organismo de cuenca impondría una multa coercitiva de 3.005 euros que se repetiría hasta que se cumpliese la demolición.

La situación se remonta al mes de mayo del 2009 cuando el Ayuntamiento decidió instalar una pasarela peatonal sobre el arroyo con el fin de evitar que los vecinos dieran un rodeo de casi un kilómetro para llegar hasta la zona de baño y zona de ocio recreativa junto al puente sobre el río Esla entre Bretó y Bretocino. La pasarela ha venido siendo también utilizada por los vecinos de Bretocino quienes después de atravesar el puente se encaminan por la escalera rústica en dirección a Bretó pasando por la pasarela para no tener que efectuar un gran rodeo a este pueblo.

Fue en mayo del 2009 cuando el Ayuntamiento encargó a su alguacil la construcción de una pasarela de hormigón para vadear el arroyo que trae sus aguas desde Santovenia y las tierras de Campos. Al pequeño puente peatonal de hormigón de un metro de ancho y otros seis metros de longitud se le instaló una barandilla de madera para no desentonar con el entorno, sobre un arroyo para que los vecinos pudieran dirigirse hacia la zona de las bodegas y no teniendo que dar un rodeo de varios centenares de metros.

La obra que fue reclamada en varias ocasiones a la Confederación, ésta «no sólo no la hizo sino que no la permite», resalta el alcalde quien hace hincapié en los costos que supuso la construcción y ahora el derribo. Abilio Velasco no duda en achacar a la Confederación «la doble vara de medir» en casos similares ribereños al río o que afectan a la zona de policía apuntando «a la caseta de aperos junto al río Tera en el término de Mózar y de propiedad de la familia del diputado de obras y portavoz de la Diputación, Manuel Vega».

«La Administración, en este caso la Confederación Hidrográfica, es así como entiende que se deben prestar los servicios a los ciudadanos. No sólo no hacen lo que se le demanda por los vecinos, sino que si lo hacen otros se les castiga con multas y más multas» incide Velasco acusando a los responsables del organismo de cuenca como de «personas que no tienen corazón» al dificultar el acceso a los vecinos por esta zona ribereña.

El alcalde viene reclamando insistentemente, además, la limpieza de la ribera que presenta una abundante vegetación. Una circunstancia a la que el organismo de cuenca «viene haciendo oídos sordos».

El alcalde de Bretó, con un visible enfado, lanzaba al presidente de la Confederación Antonio Gato la siguientes preguntas: «¿A quién molestaba la pasarela sobre el arroyo?, ¿qué daño y a quién se lo hacía la pasarela?» y «si podría alguien del organismo de cuenca venir a Bretó y explicarle a los vecinos lo que han hecho y el porqué lo han hecho», decía el alcalde Abilio Velasco.