«En el momento en que tengamos una playita de tiempo avanzaremos bastante. No habrá que esperar tanto tiempo», alega Pérez. No en vano en la Filmoteca de Castilla y León hay depositados cinco millones de negativos y la «prioridad» y la «necesidad» imponen y ordenan los tiempos de trabajo.

El dedicado a la Colección Testera no ha sido poco y sigue siendo ingente. La colección fue trasladada a Salamanca, sede de la Filmoteca, en 1997. Eran 40 cajas llenas de pequeñas cajitas de papel fotográfico y repletas a su vez de negativos en placas de cristal y celuloide, e incluso un buen lote de positivos, relata Valentín Carrera en el libro «Winoccio y Pablo Testera. Fotógrafos de León y Benavente».

El primer recuento de los fondos fotográficos cedidos por Francisco Casquero y María José Esteban, determinó que el depósito estaba compuesto por 33.960 imágenes, de las que 31.247 son negativos (26.799 en celuloide y 4.448 en placas de cristal) y 2.713 positivos en papel, la mayoría sueltos, algunos enmarcados e incluso en un álbum, a modo de muestrario de retrato. Los formatos más frecuentes en los originales eran copias de 6x9 y 10x15 centímetros.

Aunque en líneas generales el estado de las placas de cristal era bueno, los celuloides presentaban un estado físico-químico desigual y el tres por ciento de las imágenes s e encontraba en mal estado.

El trabajo en la Filmoteca ha sido arduo. Al no ser una colección en la que únicamente hubiera negativos, la primera labor fue emparejar imágenes en papel con sus negativos originales, o confirmar en su defecto que no podrían ser emparejados.

Según los datos facilitados por la Filmoteca de Castilla y León , 2.489 positivos no se correspondían con ningún negativo, por lo que se conservan ya archivadas como imágenes originales. A estas hay que sumar otras 4.900 imágenes positivadas de las placas de cristal, que probablemente correspondan íntegramente a Winoccio. Las imágenes son mayormente de Benavente y de León, según Pérez, y probablemente eran fotografías que Pablo Testera conservaba de Winoccio Testera.

Han sido positivadas en los tres laboratorios químicos con que cuenta la Filmoteca. «No es una cuestión de dogma pero pensamos que es mejor este procedimiento que someter las placas de cristal al potente foco de luz del escáner», aduce el coordinador. De cada cristal se saca una copia en alta resolución y otra en papel de prueba.

Así las cosas, de la Colección Testera quedan dos tercios por positivar, uno de ellos de placas de cristal con retratos de medio cuerpo y tipo carné, además de otro tercio de flexible de celuloide anterior al negativo.

Amén de la labor técnica, queda pendiente la relativa a la identificación de esas personas, lo que la Filmoteca no tiene otra forma de hacer que preguntando cuando tiene ocasión en su sala de consultas. Además de retratos son numerosas las imágenes de grupos de teatro, de personas disfrazadas, de futbolistas y toreros.

«No es una opinión académica pero lo que llama la atención de la Colección Testera es su valor documental, su riqueza al retratar la vida cotidiana», opina Pérez. Conseguir copia de alguna imagen de esta colección es posible en la Filmoteca rellenando un formulario y pagando el precio de la copia. Antes, eso sí, los propietarios de la colección son consultados por la Filmoteca.