La Casa de Cultura de La Encomienda se transformó en la tarde de ayer en un lugar íntimo y familiar en el que tres escritores leoneses: Luis Mateo Díez, José María Merino y Juan Pedro Aparicio, narraron sus cuentos a los asistentes.

El acto es uno de los filandones literarios que bajo el título «Letras en la Nieve» recorre varios puntos de León, Zamora y Salamanca, dentro de los actos conmemorativos del 1.100 Aniversario del Reino de León.

Como si de un salón familiar se tratase, los tres narradores lograron crear en la sala, que se encontraba repleta de público, el ambiente de carácter familiar donde tradicionalmente las familias y los vecinos se reunían y mientras unas tejían y otros hacían las madroñas de madera, se iban desgranando historias, inventadas unas, y transformadas por la tradición oral otras, para terminar la velada, a veces con bailes, y enfrentar al día siguiente la jornada de trabajo.

A lo largo de más de una hora, y cada uno con un estilo peculiar, pero totalmente sincronizados, los tres escritores y amigos, lograron mantener la atención de los oyentes con sus narraciones.

La gran complicidad entre los tres escritores hizo que durante el desarrollo de la velada se turnasen en sus relatos de forma natural y espontánea, lo que aportó viveza y agilidad al acto.

Juan Pedro Aparicio, leonés y en la actualidad director del Instituto Cervantes en Londres, leyó alguno de los cuentos que recoge su otra «El Transcantábrico» escrita en 1982 y a partir de la cual se ha puesto en marcha un tren turístico con ese mismo nombre. «Los diarios de Ardón», «Carta de amor» o «La traición» fueron algunos de los relatos con que hizo disfrutar a los asistentes. Este autor, Premio Nadal de Novela, lamentaba, entre bromas, cómo él no había conocido de pequeño los Filandones, cosa que si sucedió con sus compañeros de mesa.

Luís Mateo Díez, nacido en la ciudad leonesa de Villablino, Premio Nacional de Literatura, Premio de la Crítica y miembro de la Real Academia Española, dio muestras, no señaló de su buen hacer literario, sino también de su capacidad de interpretación a lo largo de sus lecturas. «Un suceso», «El sicario» o «La tostadora», fueron alguno de los títulos de sus breves pero intensos cuentos.

El escritor leonés explicaba como él si recordaba haber presenciado en su infancia reuniones de filandones, a los que los niños asistían como oyentes, ya que las tertulias tenía lugar al lado de los fogones familiares, si bien, en muchas ocasiones terminaban quedándose dormidos.

El único de los tres escritores que no es leonés de nacimiento, José María Merino, nacido en La Coruña, pero que ha residido muchos años en León, miembro también de la Real Academia Española y con un amplio palmarés, entre otros es Premio Nacional de Literatura, destacó su preferencia por el cuento «el cuento en muy poco espacio dice muchas cosas», afirmó, si bien comenzó escribiendo poesía.

Él también recordaba su asistencia a estas reuniones familiares en su infancia. Además de leer varios de sus relatos, improvisó otros recordados de la tradición oral. Casi al final de la velada literaria, y a petición de sus compañeros recitó, para el deleite del público el «Romance de Delgadina», que si bien no se trata de un cuento, tenía perfecta cabida en el acto ya que se trata de una composición transmitida a través de la tradición oral de las tierras leonesas.

Al finalizar el acto los asistentes agradecieron con sus aplausos la presencia en la Casa de Cultura de La Encomienda de tres de los narradores más importantes en la actualidad de la literatura española.