«Cada juego sirve para crear uno nuevo», resume Joaquín Guerrero Posada quien va a presentar próximamente un total de 140 juegos de ingenio o desencaje en una exposición en Somorrostro (Vizcaya). Este vecino de Arrabalde, localidad que rebosa artesanos en plena Sierra de Carpurias, disfruta de su jubilación a caballo entre Baracaldo donde cerró su ciclo laboral como jefe de taller de calderería y en su tierra natal.

Precisamente el trabajo de maestro calderero, su especialización en el curvado de la chapa, le ha servido para «modelar» las varillas de aluminio y acero con las que realiza delicados trabajos. Joaquín Guerrero, junto a varios de sus vecinos de Baracaldo, integra una peña de tiragomas, los denominados tiradores o tirachinas en nuestras tierras castellanas. Arrabalde reunirá en el mes de agosto, coincidiendo con la fiesta Sacramental, a los mejores tiradores de España en la edición del I campeonato local de tiragomas, adelantó ayer Guerrero Posada quien participará el próximo 21 de mayo en el campeonato de España de Llanes (Asturias), lugar donde se practica este tipo de competiciones.

Los antiguos artilugios de madera, los tirachinas, han dado paso ahora a unos más modernos realizados con metacrilato de un variado espesor. Después de desbastado el taco del material se realiza la empuñadura y se le aplica ya no los tirantes de goma extraídos de los neumáticos de las ruedas de bicicleta, sino unos elásticos más ligeros. Eso sí, en lugar de pequeñas piedras, ahora se utilizan pequeñas bolas de acero para impactar con el objetivo, que en este caso suelen ser latas de coca-cola o cerveza. El artesano confiere un toque personal a la horquilla fijando sobre la empuñadura las fotografías de sus seres queridos.

Joaquín tiene en su casa de Arrabalde un taller donde fabrica estos artículos deportivos y practica con ellos demostrando la precisión del tiro. Ya sea de metracrilato o de madera de fresno, las horquillas de los tiragomas, consisten en el objeto más preciado por este artesano de Arrabalde dedicándole «todo el tiempo que sea necesario hasta que la pieza esté rematada», asegura. La madera de fresno es la que sirve de apoyo a muchos de sus artilugios de juegos de ingenio. Tallada por la carcoma apreciándose los dibujos que hacen los gusanos en su recorrido por la madera, sirve de base para los «comecocos» como prefiere denominar Joaquín a sus piezas de juegos.

Las varillas de aluminio o incluso el acero inoxidable son los materiales con los que realiza sus obras de ingenio. Dos pequeñas varillas engarzadas con una sola abertura servirán para que el usuario tenga que ingeniárselas para unirlas y separarlas. Desde esta sencilla maniobra hasta la más complicada como la de exclaustrar anillos en una arquitectura de diseño. Para complicar aún más la situación y comprobar el ingenio y destreza del usuario, procura aplicar al artilugio a algunas cuerdas en cuyos extremos se fijan pequeñas bolas de madera. Cada vez procura realizar piezas más difíciles, ya que se encuentra con niños y jóvenes más adiestrados. No en vano, procura regalar muchas de sus piezas artesanas «a todos los chavales que tienen afición a este tipo de juegos», dice.

El juego del conejo, por la aparente forma del animal reflejada en el artilugio, el tiragoma o tirachinas, hasta el más simple desencaje de piezas de los juegos, son muchas de las piezas que este artesano viene realizando en su casa de Arrabalde consiguiendo la admiración de sus vecinos que muchas veces acuden a su casa para admirar las nuevas obras.