Lo ocurrido el viernes fue sólo un pequeño aviso de lo que se avecinaba y durante la jornada de ayer Benavente vivió de cerca la misma situación que durante todo el fin de semana han padecido los pueblos de la comarca. El agua inundó completamente la zona de huertas, inaccesible desde primera hora de la mañana, aunque el nivel de las aguas subió durante todo el día hasta alcanzar su punta más alta en torno a las cinco de la tarde, momento desde el que la situación permaneció estable. Entre las zonas afectadas por la riada, el Centro de Interpretación de los Ríos se encontraba en la tarde de ayer completamente rodeado por el agua, que inundó totalmente la zona del Prado de las Pavas en las que se está trabajando para desarrollar el Jardín Botánico, y que obligó a trabajar intensamente a los operarios del Ayuntamiento para que no afectara a las instalaciones de las piscinas municipales.

El Órbigo alcanzó ayer los 885 metros cúbicos por segundo, y aunque a la una de la tarde el nivel había descendido, las consecuencias en Benavente ya eran inevitables. Pese a la gravedad de los acontecimientos, la situación permaneció controlada durante todo el día, aunque el Ayuntamiento de Benavente activó la situación de pre-emergencia y habilitó el pabellón del colegio Fernando II para acoger a los ciudadanos de la comarca que tuvieran que ser evacuados si la situación empeoraba, según anunció el alcalde Saturnino Mañanes, que destacó que al contrario de lo sucedido el viernes, y pese a que la riada hacía temer lo peor, no se produjo ningún problema en la depuradora, y el servicio de abastecimiento de agua potable no se vio alterado.

Paradójicamente, el buen tiempo hizo presencia durante todo el día, y la calma después del paso del ciclón «Xynthia» invitó a los benaventanos a acercarse a contemplar el «espectáculo» a una distancia prudente desde el paseo de La Mota. La vista de la vega completamente inundada por el agua de los ríos completamente desbordados impresionó a muchos, aunque recordaron que se han vivido inundaciones peores, al menos por el momento. Durante la noche del sábado y la madrugada del domingo los fuertes vientos provocaron la caída de algunos chopos sobre el tendido eléctrico y algunos desprendimientos en fachadas.