El Ayuntamiento de Santibáñez de Vidriales tiene prevista la restauración de los dos potros existentes en el municipio, antes que el deterioro se adueñe de estas antiguas estructuras de madera para herrar los animales. Por lo pronto, la alcaldía ha remitido en esta semana a la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León una memoria de actuación para concurrir a la convocatoria de los campos de trabajo.

La intervención de restauración de los dos potros del municipo, tanto el que se encuentra en Bercianos como el de Pozuelo, viene a completar un amplio dossier que afecta al acondicionamiento del entorno inmediato. La recuperación de estos testimonios vivos de la historia y adecuación de la zona se incluiría en la elaboración de una guía de recursos etnográficos. Las actuaciones emprendidas por los campos de trabajo desde su implantación en Santibáñez en el año 1996, configurándose a este municipio como el pionero en esta tipo de actuaciones en la Región, gracias al impulso del Jefe del Servicio de Cultura, viene a determinar un abanico de acciones merecedoras de ser reseñadas en una guía.

Tanto el acondicionamiento del acceso a la fontana romana en San Pedro de la Viña, objeto de la primera actuación de un campo de trabajo en el municipio y que dio pie más tarde a la limpieza y restauración por parte de Patrimonio de la propia fontana. Un programa de trabajo que ha venido prolongándose con las intervenciones realizadas en las fontanas de «San Andrés» en Pozuelo, «La Balsadilla» en Villaobispo y «Fuente Mala» en Santibáñez, itinerarios turísticos, acondicionamiento y mejora de espacios comunes, intervención de limpieza en el interior del santuario del Campo, recuperación de un espacio degradado en Moratones como jardín ecológico y la recuperación de humedales, la toma de datos de anillado de pájaros, etc, han puesto al municipio de Santibáñez en referente nacional en los programas de campos de trabajo.

Con la amplia trayectoria se pretende datar e incrementar los elementos de interés para elaborar una guía turística del patrimonio municipal.

La restauración de los dos únicos potros ya viene siendo barajada en gobiernos municipales anteriores, aunque hasta la fecha había quedado sólo en eso, en intenciones. El acusado deterioro a través de los años y como fruto de encontrarse a la intemperie estas estructuras de madera propicia una acción inmediata antes de su desparición. Tanto el potro instalado en la localidad de Pozuelo como el de la localidad de Bercianos ocupan terrenos municipales propios de espacios ajardinados en los que el armazón de madera que sirvió para colocar los herrajes a los animales permite ser un atractivo local más.

La restauración se vendría a completar con la instalación de un panel didáctico que explique la utilidad y la función de estos elementos para el herraje de los animales. Precisamente los cascos tenían la misión de adaptar las callosidades de las patas al terreno. Tanto vacas y bueyes como caballos y asnos exijían un herraje para esa adaptación al terreno. Se inmovilizaban los animales bajo la estructura de madera con el fin de poder herrarlos con toda tranquilidad al tener elevada una de las patas mientras se efectuaba el herraje.

El nerviosismo del animal, asentado solamente sobre tres patas, se acentuaba si se prolongaba la operación. Por eso el potro era una herramienta imprescindible. Su estructura formada por cuatro pilares de madera anclados al suelo forman un rectángulo con capacidad en su interior para un animal. Los pilares van unidos por vigas horizonales de las que pendían las cinchas de cuero con las que se inmovilizaba al animal. De frente, el yugo que sujetaba la cabeza del animal listo para su herraje.