Este año se conmemora el 1.100 aniversario del nacimiento del Reino de León y Benavente, que acogió las segundas Cortes del reino, convocadas por el rey Alfonso IX en 1188, tendrá por ello parte del protagonismo de las celebraciones de la efeméride, aunque «ya antes había acogido una Curia regia en 1176», según aclara Juan Carlos de la Mata, cronista de la ciudad. Historiadores anglosajones empiezan a reconocer el reino de León como cuna del parlamentarismo europeo -acontecimiento que siempre se había situado en la Inglaterra del siglo XVIII- con la convocatoria de las primeras Cortes por parte del rey Alfonso IX en León.

Para De la Mata «el término Cortes comienza a emplearse en el siglo XIII, con anterioridad no se convocan Cortes como tal, si no Curias regias, formadas por personajes aristocráticos muy próximos al monarca. Sólo participaban la alta nobleza y el clero» El cronista de la ciudad mantiene que es en el Reino de León donde se produce el cambio de esas curias regias, con la participación del pueblo llano, que comienza asistir a los consejos reales. «Algunos historiadores lo fechan en un momento exacto del tiempo y otros lo ven más como una evolución. Es ahí donde podría estar la duda, pero desde luego el reino de León fue el pionero».

Juan Carlos de la Mata explica que el concepto democracia es contemporáneo. «Lo que había era una lucha de poderes en las cortes, entre los diferentes integrantes, pero en ningún caso se puede hablar de una democracia plena como la que tenemos ahora»

El medievalista Fernando López Alsina ha afirmado recientemente que las primeras Cortes democráticas fueron las convocadas por Alfonso IX en León en 1188 y no las de Benavente de 1202, pese a que no hay documentos originales que lo prueben aunque sí numerosas referencias. Para De la Mata en las Cortes celebradas en Benavente en 1202, las segundas convocadas por el rey Alfonso IX, «se afianza la participación de representantes del pueblo, por eso tienen una relevancia especial. Y cabe recordar que las Cortes convocadas en León en 1188 deberían haberse convocado en la villa de Benavente, que fue donde falleció el rey Fernando II». El historiador benaventano explica que la ciudad vivió un momento trascendental en el siglo XII, con el impulso de su desarrollo urbano y se sentaron las bases de un extenso concejo en las inmediaciones de la frontera entre León y Castilla, importante estratégica y económicamente. «La labor repobladora iniciada por Fernando II se consolida bajo el reinado de su hijo, Alfonso IX. La Carta de repoblación de 1167 fue la que impulsó la villa. Para el monarca Benavente se convirtió en un punto estratégico fundamental, era «la joya de la corona». Bajo el mandato de Fernando II se fortificó la villa, y se inició la construcción de su templo mayor y del castillo».

Benavente en esa época fue un enclave fundamental para el rey Fernando II, prueba de ello, según De la Mata, es su estancia en numerosísimas ocasiones en la villa, que están documentadas, pese a que la capital del reino estaba en la ciudad de León. Fue Fernando II quien cambió el nombre de la villa y la denominó Benavente, que vendría a significar algo así como «buen evento». Además, la Carta Puebla de la villa «va a servir de ejemplo para la repoblación de muchas villas de todo el reino y otros territorios, entre ellas La Coruña. En el año 1213 se produjo la Concordia de Benavente, que sella la unión de los reinos de Castilla y de León, base sobre la que se asienta la unidad peninsular».

Sobre el auge del movimiento leonesista, el cronista benaventano mantiene que «está muy bien que se quiera reconocer la diferenciación de los hechos regionales, que se quiera proteger la cultura propia de cada lugar, y que se estudie la Historia con todos los medios de que se dispone. El problema viene cuando se mezclan los hechos pasados con la realidad, y el Reino de León dejó de existir hace mucho tiempo».

«Nuestra obligación -asegura- es reconocer y recordar la importancia histórica que tuvo. Un reino que ha desaparecido como tal hace tantos siglos, igual que el de Castilla, sólo se puede recuperar con la memoria, no como un hecho político. Si existen vínculos entre las comarcas que lo integraron, y los de Benavente con la provincia de León son evidentes, más aún que con Zamora, pese a que esta también formó parte del reino».