Un pescador de Friera de Valverde, José Manuel Mateo Marcos, de 54 años de edad, logró capturar ayer dos lucios de veinte kilos de peso, otro de 16 y un cuarto de cuatro kilos, en el río Esla, bajo las pilastras de Puente Quintos, en apenas hora y media.

José Manuel comenzó a pescar a las tres de la tarde con un vinilo plateado de siete centímetros convencido de que el frío iba a ser su aliado como dice el refrán, y acertó. En apenas noventa minutos tuvo que luchar con tres buenos ejemplares, incluso desde dentro del agua. «Cuando fui a echarle mano a uno de ellos, pegó el bote y yo me fui pa' bajo. Me iré al gua pero no te suelto, pensaba yo», explicó. Dentro del río, José Manuel llegó a sujetar al pez «por los dientes hasta que logré sacarlo».

Aficionado a la pesca desde niño, asegura estar acostumbrado a luchar en solitario con ejemplares grandes «aunque a veces es muy difícil sacarlos». Esto le ocurrió ayer. Empapado de cintura para abajo, con la mano dolorida y herida por los dientes del pez y «congeladas hasta las uñas», José Manuel abandonó Puente Quintos sorprendido del tamaño de las capturas en tan corto espacio de tiempo. «¿Lo que habrá en el río?», se preguntaba mientras relataba su peripecia.

Aunque ninguno de los ejemplares capturados constituyen su marca personal -su récord esta en un lucio de 23 kilos capturado en el mismo sitio, según afirma- nunca había pescado tantos en tan poco tiempo y de este tamaño.

José Manuel no dará cuenta culinaria de los cuatro depredadores. «Irán al congelador» hasta el fin de semana. Entonces se los entregará a un amigo. «Me gusta traer la pesca, pero siempre la regalo», aduce. En el Esla hay cuatro voraces depredadores alóctonos menos en la mesa de la cadena alimentaria.