El Ayuntamiento de Arrabalde ha decidido no acudir al Tribunal de lo Contencioso contra la decisión de la Junta de Castilla y León en la que determina la titularidad del municipio de Villaferrueña sobre unos terrenos en los que están instalados dos aerogeneradores del parque eólico «Las Labradas». Aunque Arrabalde siempre ha venido insistiendo en su propiedad, el largo proceso administrativo seguido hasta ahora e, incluso, los elevados costes económicos hacen desistir a este Ayuntamiento de recurrir ante el Contencioso, adelantaron ayer fuentes municipales. El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León, a través del Consejero de Justicia e Interior desestimaba en el mes de febrero las alegaciones presentadas por el Ayuntamiento de Arrabalde contra el acuerdo de la Administración Autonómica por el que se deslindaban los terrenos correspondientes a cada municipio. El municipio de Arrabalde siempre ha venido defendiendo la propiedad de una superficie aproximada de tres hectáreas en las cumbres de la sierra de «Carpurias», en el pago del «Corral de la Cuadra». Hasta el año 2006 la titularidad parecía no encontrar controversia y es que los vecinos más mayores y ganaderos tenían clara la delimitación a través de las marras. Más aún, en el 1963 el Ministerio de Agricultura procedió a plantar pinos en la zona dejando libres la s cañadas ganaderas. La instalación del parque eólico «Las Labradas» vino a suscitar el enfrentamiento entre los dos pueblos, Villaferrueña y Arrabalde, disputándose la titularidad de esa superficie donde se encuentran asentados dos aerogeneradores.

Varias reuniones vecinales no lograron un acuerdo satisfactorio en la defensa de intereses de cada municipio. Villaferrueña alegaba la falta de competencia técnica por parte de los vecinos en el deslinde. Un acuerdo de la Junta de Castilla y León, en el pasado año, otorgando la titularidad de los terrenos a Villaferrueña no logró calmar las ansiadas expectativas de Arrabalde por lo que este Ayuntamiento decidió presentar recurso el cual fue desestimado a principios del presente año. Villaferrueña entiende que «históricamente los vecinos de ambos municipios no se han preocupado por los límites municipales como prueba el hecho de que no existan mojones», además hacen hincapié en el hecho de que la zona «está llena de montones de piedras puestos por razones variadas, que no puede considerarse línea límite la que representa con una línea discontinua en el cuaderno de campo por tratarse de una mera anotación de referencia de los técnicos». En cambio, el municipio de Arrabalde considera que no se ha interpretado correctamente el acta de deslinde de 1919 y el cuaderno de campo asociado. Este Ayuntamiento advierte además que la línea reflejada en los antiguos planos y que debe considerarse como válida es la señalada en el Cuaderno Topográfico de Campo y que viene reflejada con una línea discontinua de puntos, resaltando que , por otra parte, no ha sido representada por el Instituto Geográfico Nacional en su informe.

Al respecto, la Junta advierte que la línea límite está representada en los cuadernos de campo como línea continua y que la línea discontinua representa el concreto itinerario del camino que recorrió el ingeniero operador sobre el terreno al realizar el trabajo en el campo, lo que para la Administración Autonómica «en ningún caso representa la línea límite». La propuesta de Justicia e Interior y respaldada por el Consejo de Gobierno, sin embargo, hace notar la alegación de Arrabalde para que se tenga en cuenta la documentación aportada por cada uno de los Ayuntamientos, tal y como establece la Doctrina del Consejo de Estado y Jurisprudencia del Supremo siendo de especial trascendencia el acta de la reunión celebrada el 28 de abril del 2006 entre las Comisiones de Arrabalde y Villaferrueña en la que consta que diversos vecinos de edad del Ayuntamiento de Arrabalde, que por edad y profesión conocían que la línea límite es distinta de la fijada por el Centro Nacional de Información Cartográfica.