Nada más sobrepasar el umbral del acceso de la calle Misericordia un gigante de otro tiempo da la bienvenida: se trata de la última linotipia que funcionó en un periódico español y que no es otro que EL CORREO DE ZAMORA. El diario mantuvo en uso las maquinarias que revolucionaron la imprenta en el siglo XIX hasta la década de los 90 del pasado siglo, cuando se inició la informatización y se pasó a otra técnica de impresión: la litrografía "offset".

Finalizaba así un reinado que había durado más de un siglo desde que el alemán Ottmar Mergenthaler la inventara en 1886. Su nombre, linotipia, deriva, sin embargo, de la empresa francesa que desarrolló su fabricación: Lynotipe. En la máquina que "corona" la exposición puede leerse perfectamente los nombres de Mergenthaler y la data de la fabricación de la misma en Nueva York, adonde emigró el alemán. La fabricación, según se recoge en la placa metálica, se había realizado exprofeso para la Sociedad Lynotipe Española S. A.

Las linotipias y sus operarios, los linotipistas, trabajaban con plomo fundido, sobre el que se presionaban a través de un teclado los tipos de letra a utilizar para componer los textos facilitados por los periodistas.

La utilización de plomo fundido provocaba altas temperaturas que hacía agotador el trabajo en verano, pero, sobre todo, entraña un riesgo sanitario al trabajar con un metal altamente tóxico. Por ello, los linotipistas tenían que hacer paradas durante su jornada para beber leche como fórmula preventiva contra las posibles intoxicaciones, la enfermedad conocida como saturnismo.

Los linotipistas debían, además tener conocimientos de ortografía para evitar erratas que echaran a perder los textos elaborados por los periodistas y corregir, sin alterar los contenidos, aquellas faltas que hubieran cometidos los redactores. La aparición de este gigante del plomo revolucionó la composición tipográfica y con ella la edición de los periódicos, que pudieron ampliar paginación. Fue una auténtica revolución, equivalente a lo que en su día supuso la imprenta, y contribuyó enormemente a la difusión del hábito de la lectura y a la cultura, en general.

Junto a la linotipia, la exposición de los 120 años recupera también el antiguo laboratorio de revelado fotográfico que durante décadas se usó por el periódico: la magia del proceso del paso de un negativo a una fotografía es posible conocerla al detalle mediante la visita al laboratorio y también mediante los videos informativos que completan la muestra.

La exposición permanecerá abierta de 19 a 21.30 horas hasta este domingo 9 de julio. Después, las visitas podrán ser concertadas para grupos interesados en conocer la historia de una centuria en Zamora.