Donaciano Dujo lidera la organización agraria más representativa en Castilla y León, Asaja, no así en Zamora donde está lejos de la Alianza UPA-COAG. Situación que representa todo un desafío para la Asociación de Jóvenes Agricultores de cara a las elecciones agrarias. Ante la cita, Dujo anima a votar porque "es la única forma de dar fuerza a las organizaciones agrarias para que en los próximos cinco años defiendan los intereses agrícolas y ganaderos".

-Zamora no es una plaza fácil, ¿con qué expectativas afrontan las elecciones agrarias?

-Asaja va a ser la única organización representativa en todas las provincias y la mayoritaria en Castilla y León, como lo somos en España. Por supuesto que en Zamora hay otra organización más representativa pero optamos a lo máximo, no damos ningún voto por perdido e intentaremos sacar el mejor resultado. Asaja anima a todos los agricultores y ganaderos a votar porque es la mejor manifestación que se puede hacer del campo.

-Las elecciones se celebran en un momento crucial, cuando se negocia el marco financiero en Europa donde el campo se juega mucho.

-Para nosotros hay dos cosas esenciales en materia de ingresos; la primera es el valor justo de nuestros productos porque el 70% de la renta de los agricultores viene vía precios y el 30% es la PAC. Lo primero es que lo nuestro valga, que no se vendan patatas a 9 céntimos y luego el consumidor las tenga que pagar a 70-80 o que quieran que regalemos la leche de ovino y luego están los quesos por las nubes. La segunda cuestión es la PAC. Estamos en un momento grave, con la salida del Reino Unido y distintos partidos diciendo que hay que desmembrar Europa. Con este panorama pedimos a la Junta y al Gobierno nacional que trabajen para que la actual PAC se prorrogue por otro periodo, porque creemos que desgraciadamente lo que viene va a ser peor. Y habría que priorizar más en las ayudas al agricultor activo como verdadero garante de la producción de alimentos y poner más condiciones en la cadena alimentaria para proteger los productos.

-¿No tiene la sensación de que no se ha conseguido demasiado después de tanto tiempo insistiendo en lo mismo?

-Hemos conseguido mantener una política agraria común en Europa con un presupuesto más o menos estable durante todos estos años. No olvidemos que en Castilla y León los pagos PAC alcanzan los 35.000 millones de euros cada periodo y del PDR, 1.800 millones de euros. El mantenimiento de estas ayudas es el colchón de los ingresos del agricultor y en la PAC cuesta mucho porque la sociedad se va haciendo urbanita y hay muchos mensajes en contra nuestra.

-No se puede decir lo mismo de los precios, con algunos productos a niveles de hace 25 años.

-Va por sectores. Hay dos tipos de industria agroalimentaria en Castilla y León; la que ha innovado, se ha desarrollado, ha buscado mercados, la que compra y paga dignamente a los agricultores y ganaderos. Con el viñedo se ha hecho un esfuerzo por parte de todo el sector de mejora, de venta de calidad que permite producir, vender y exportar mucho vino. Con el vacuno de carne estamos teniendo unos precios aceptables porque estamos exportando canales o con el porcino, sobre todo el ibérico.

-Pero hay otros que no pueden decir lo mismo, cereales, lácteos, remolacha...

-No llegamos a conseguir unos precios dignos paradójicamente en aquellos productos en los que somos deficitarios. La industria láctea de este país y de esta Comunidad deja mucho que desear, está arruinando a los ganaderos mientras compra productos lácteos fuera de España y pagando más caro. Pasa igual con la patata, que la industria prefiere traerla de Francia, pagarla cara y de peor calidad a pagar un precio digno en España. En esta materia tiene mucho que decir la Junta, a quien exigimos que ayude a la industria agroalimentaria que se compromete con el sector y de la espalda a esas industrias que están arruinando al sector.

-¿Al final esa imposibilidad de tener precios justos aboca a una agricultura subsidiada?

-Todos los sectores en mayor o menor medida tienen ayudas. No olvidemos que el fundamento de la PAC es el pago compensatorio a la pérdida de renta y se produce porque las políticas europeas y nacionales mantienen unos precios bajos para que el IPC suba poco. Lo que nos pagan a los agricultores vía PAC le viene bien al consumidor porque obtiene productos de buena calidad a precios bajos.

-¿Qué postura tiene Asaja ante la implantación de macrogranjas porcinas?

-Primero hay que decir que al campo no se le puede poner puertas. Nuestro modelo de explotación agrícola es una empresa familiar y queremos que sea rentable, que tenga dimensión y visión de futuro. No es el modelo de Asaja macroexplotaciones que en muchos casos lo que hacen es incrementar el precio de la tierra o echar del territorio a agricultores y ganaderos. Pero Asaja no pone puertas al campo y lo que sí que exige a las administraciones ante esas macroinstalaciones es que se las obligue a cumplir todas las condiciones y más que al ganadero normal.

-Pero admite de riesgo de que puedan terminar con las pequeñas explotaciones.

-El problema que hay es que si no las permitimos en nuestro terreno se instalan en otro territorio y el perjuicio puede ser doble, porque no tenemos los beneficios que puedan propiciar estas macrogranjas de empleo o transformación y nos hacen por el contrario la misma competencia que si están aquí. Porque al final producen mucha dimensión de producto que hace la competencia a los que están.

-¿Está diciendo que sí como un mal menor?

-Sí, como un mal menor.

-La expansión de la fauna salvaje es una de las grandes preocupaciones del sector y por cierto la Alianza les recrimina que no han salido a la calle para pedir medidas.

-Hace dos o tres años hicimos una manifestación en la Consejería Medio Ambiente por el tema del lobo y no ha habido ni una sola reunión en la que no haya estado Asaja. El planteamiento es claro, con el lobo tenemos claro que dos mil ejemplares en Castilla y León es una dimensión más grande de la que esta Comunidad soporta. Tenemos más lobos que casi en el resto de Europa. En Francia tienen 450. El lobo tiene que estar en las zonas donde no provoca daños porque dos mil ataques el año pasado y cuatro mil animales muertos en Castilla y León es una barbaridad. Al norte del Duero que se cumplan los cupos de caza a rajatabla. Y al sur del Duero allí donde perjudique hay que acabar con él, así de claro.

-¿Cómo solucionar el problema con el resto de la fauna?

-Castilla y León no aguanta la cantidad de fauna salvaje que tiene y que está poniendo en peligro la propia salud de las personas. Hay muchos accidentes en las carreteras, la sociedad va a tener una desgracia en cualquier momento, y también están los daños y pérdidas en la cabaña ganadera. Come los cultivos y sobre todo transmite enfermedades de tuberculosis, brucelosis y demás. A los ganaderos les obligan a sanear, nos matan nuestras vacas y sin embargo la fauna salvaje no está saneada. En definitiva se tiene que eliminar buena parte de la cabaña salvaje que hay en Castilla y León, tanta masificación de animales enfermos perjudica hasta el propio hábitat.

-Tras un año extremadamente seco la campaña de riego se presenta con mucha incertidumbre ¿cómo piensa que se va a garantiza el agua?

-2017 ha sido el peor año que los agricultores que hoy estamos en activo hemos conocido. Hay que diferenciar aguas subterráneas de superficiales; en cuanto a éstas últimas por supuesto que primero es el abastecimiento de personas y animales y luego el riego. Pido a la Confederación, primero que informe a los agricultores de manera puntual y rápida de las posibilidades de riego para que éstos no se embarquen en la siembra de cultivos que luego no puedan regar. Y en el tema de aguas subterráneas que se permita el riego y en parcelas colindantes que se permita la rotación porque es bueno para la producción, para mejorar las condiciones y no se gasta más agua.

-¿Qué espera más allá del 11 de febrero, día de las elecciones?

-Lo más importante de todo son las personas y nos queremos dirigir a esos agricultores, ganaderos, esos jóvenes que se incorporan porque sin duda alguna son el mayor valor que tiene el campo. Tienen que ir a votar, tomar las riendas de las entidades relacionadas con el campo porque son nuestro futuro. Todavía estamos ahí más de cuarenta mil activos en Castilla y León para luchar, porque tenemos un tejido económico muy importante alrededor, la función casi exclusiva de sostener el medio rural y el medio ambiente. Somos útiles y muy necesarios.