El primer borrador del Plan Forestal Nacional deja muy claro que la nueva normativa pretende fomentar el papel protagonista de los montes como sumideros de dióxido de carbono. El secretario general de Agricultura, Carlos Cabanas, presentó el lunes las líneas de actuación del programa, que entre otros objetivos persigue la promoción del mundo rural a través del papel de los montes en la lucha contra el cambio climático.

En el borrador del Plan destaca, según informa la agencia Efe, el programa de promoción del sector forestal para mejorar la percepción de la sociedad sobre la "gestión forestal sostenible", clave -según Cabanas- para la "transición a la bioeconomía y a la economía circular". En apoyo al sector forestal, Cabanas adelanta que el plan contempla la mejora de la competitividad de las empresas forestales. También se promoverá la relevancia de los montes en la lucha contra el cambio climático ya que "son importantes sumideros de carbono".

El plan incluye, según recoge Efe, establecer un control para lograr una mejora en la defensa de los montes frente a los incendios forestales. Cabanas subraya que en prevención se destinan más de 2.000 millones de euros a los programas de desarrollo rural de las comunidades autónomas. Esta partida presupuestaria está destinada a "cortafuegos, limpieza u ordenación", tareas incluidas hoy en los programas de desarrollo rural.

El sector forestal es esencial para España, que suma 27 millones de hectáreas de superficie de montes, y también para Zamora, una provincia que cuenta con casi 500.000 y unos 90.000 propietarios. La crisis ha sido especialmente dura con esta actividad, al haberse retrasado las ayudas públicas, lo que ha obligado en los últimos años a numerosos autónomos y empresas del sector a dejar sus propiedades casi abandonadas. No se han cumplido las expectativas creadas hace años cuando la Administración -tanto la central como la autonómica- vendieron la riqueza forestal como uno de los pilares del desarrollo rural.

El sector forestal sufrió un auténtico varapalo en su línea de flotación al no conseguir una participación del 15% de participación de los Fondos del Programa de Desarrollo Rural, consiguiendo un porcentaje mucho menor.

La ralentización de las ayudas ha hecho que muchos propietarios no hayan podido limpiar sus fincas y que las empresas del sector hayan ralentizado el empleo, lo que ha obligado a rebajar la plantilla de 1.000 trabajadores. La deuda acumulada llegó a acercarse a los tres millones de euros, aunque la mayor parte ya ha sido saldada.

El sector espera que el nuevo plan resuelva la situación y aclare el futuro para lograr que la actividad sea rentable y genere empleo. Antes tendrá que haber acuerdo entre el Ministerio de Agricultura y las comunidades autónomas.