Un centenar de personas, casi todos vecinos de Villafáfila, asistían ayer al coloquio celebrado en el salón de plenos del Ayuntamiento para analizar las consecuencias para la comarca y para la Reserva Natural de las Lagunas de la instalación de una granja de porcino de 2.000 madres en el municipio. Entre el público se encontraban también algunas personas llegadas de pueblos cercanos en los que ya hay proyectos similares en construcción, como Cerecinos de Campos o Faramontanos de Tábara. En la mesa, estaban representados los sindicatos agrarios UPA, COAG y UCCL, la Asociación de Ciencias Naturales de Zamora, que ha difundido los valores de los humedales de Villafáfila en todo el mundo, el Movimiento en defensa de la sanidad pública de Zamora y el Ayuntamiento de Bretó, que ha evitado la instalación de una macrogranja en ese pueblo, pero se ve rodeado de las que se están construyendo en municipios vecinos.

Al poco de comenzar el coloquio llegaban nuevos y confusos rumores desde el Palacio de la Encarnación de Zamora, el alcalde de Villafáfila se habría posicionado públicamente en contra de la instalación de la macrogranja. En realidad, el regidor acababa de anunciar en el pleno de la Diputación Provincial que la empresa promotora le había comunicado que renunciaba al proyecto. Aunque esto se percibió como un éxito por parte de los vecinos presentes, muchos de ellos advirtieron que "de momento son solo palabras, y queremos verlo negro sobre blanco".

El regidor, José Ángel Ruiz (PP), a su vez diputado provincial, dio la noticia en el pleno de la Diputación cuando la presidenta intentó evitar que se debatiera una moción del PSOE sobre este tema "porque ya está zanjado" y el diputado socialista Luis Segovia pidió explicaciones. Ruiz afirmó que el "lo único que ha hecho" el Ayuntamiento de Villafáfila es "tramitar el expediente administrativo que se presentó hace un mes y medio" y que después se había reunido "personalmente" con la empresa promotora del proyecto, la catalana Selección Batallé, para transmitirles "las inquietudes y las pequeñas o grandes desavenencias que pueda haber entre los vecinos" -explicaba el alcalde- "y me han trasladado que la semana que viene van a presentar un escrito en el Ayuntamiento en el cual desisten del proyecto, porque son una empresa seria y no quieren ocasionar problemas en el entorno de las Lagunas ni en Villafáfila. Me han agradecido que le haya transmitido todas las inquietudes y me han dicho que se trasladarán o buscarán otros sitios porque tienen muchos ayuntamientos interesados y muchas llamadas de muchos promotores para ir allí y generar puestos de trabajo".

La percepción entre los vecinos de Villafáfila que se encontraban en el ayuntamiento era que el holding catalán huía de la "mala prensa" recibida en los últimos días, medios locales y de difusión nacional se hicieron eco de los planes para plantar una macrogranja de porcino en medio de uno de los humedales más importantes de Europa. Sin embargo, no había constancia de que la decisión sea definitiva, y a muy pocos kilómetros hay otros proyectos muy similares en construcción o en proyecto, por eso la reunión terminó con el acuerdo de fundar una plataforma ciudadana que continúe con la movilización contra este modelo de macrogranjas "para evitar que nos sigan trayendo mierda a la provincia de Zamora".

El caso de Villafáfila tiene la particularidad de ser un municipio enclavado en el corazón de una Reserva Natural de importancia europea, parte de la Red Natura 2000 y del Convenio de Ramsar, pero en el coloquio de ayer preocupaba aún más el futuro de las personas de Tierra de Campos que las aves.

El secretario provincial de COAG, Lorenzo Rivera, echó por tierra el discurso de la Junta de Castilla y León que defiende las macroexplotaciones como futuro del sector ganadero, "ni en Francia ni en Alemania permiten la construcción de granjas tan grandes", aseguraba. Para esta organización agraria, en una región como Castilla y León se deben proteger las explotaciones familiares, "cada vez más modernas y probablemente más grandes, pero de gente de aquí" porque "son las que fijan población en nuestro medio rural, y las que crean riqueza en nuestros pueblos", además de tener "unas dimensiones que sí son adecuadas para el medio ambiente". Rivera recordó que fueron grandes compañías como Batallé, casi siempre catalanas, las que expulsaron del sector a cientos de ganaderos zamoranos que antes les vendían sus lechones.

En la misma línea, el representante del Movimiento en defensa de la sanidad pública de Zamora, el periodista Carlos Pedrero, apostilló que los consejeros de Agricultura y de Medio Ambiente "hacen el tonto prestándose a inaugurar estas macrogranjas", un modelo de producción "cuyos perjuicios ya han visto en otras comunidades". Sin embargo, las autoridades de Castilla y León "aplauden que la mierda que sobra en Cataluña nos la traigan aquí", aseveró Pedrero.

La UPA, representada por Javier Domingo, criticó el "oscurantismo con el que se ha tramitado este proyecto, que ya hace sospechar". SEO/BirdLife pidió que se volviesen a iniciar todos los trámites porque había encontrado varios defectos de forma en relación al cumplimiento de los plazos del periodo de exposición pública del proyecto y al periodo de alegaciones. Domingo incidió en que este tipo de granjas "apenas crean puestos de trabajo", sí lo hace el resto del proceso productivo, los mataderos o las salas de despiece, que Batallé no tiene intención de instalar en Zamora.

El representante de UCCL, Antonio Jesús Rodríguez, vecino de Villafáfila, incidió en que la construcción de la macrogranja impediría a cualquier joven del municipio dedicarse a la ganadería. "Hace algunos años teníamos prohibido construir naves en Villafáfila y después de mucho luchar conseguimos una excepción en 3.000 hectáreas del término". Batallé ha comprado fincas en el centro de dicha zona, pero la implantación de su macrogranja impediría levantar cualquier tipo de construcción en un radio de 2.000 metros. En el resto del término está prohibido por la legislación que protege a la Reserva.

Por otro lado, Rodríguez expuso que "en este pueblo se hicieron 11 sondeos para sacar agua potable, solo uno funcionó, está en la misma zona donde se pretende construir la granja y es del que nos alimentamos hoy en día. Si esto sale adelante, más pronto que tarde el nitrato de los purines va a acabar en ese agua", y animó a los vecinos a "levantar la cabeza sin miedo, estamos en nuestro derecho a decir que no".

También hablaron, en representación de la Asociación Zamorana de Ciencias Naturales, Alfonso Rodrigo y Carlos A. Ramírez. Los naturalistas recordaron a los vecinos de Villafáfila la importancia mundial de sus salinas. "Cualquier ornitólogo del mundo sabe encontrar Villafáfila en el mapa, a lo mejor alguien de Zamora o de Salamanca no", pero una granja de ese tamaño "hará que las aves desaparezcan tarde o temprano, y Villafáfila sea un pueblo más" por culpa de una explotación "que apenas va a crear un puesto de trabajo para que alguien le de a un botón por la mañana, no va a fijar población". El nitrato de los purines "no tiene consecuencias para la fauna a corto plazo", pero a largo plazo "las lagunas van a acabar contaminadas y las aves van a ir a otro sitio".

Estos amantes de la naturaleza aseguraron que no están en contra de la ganadería, "defendemos la ganadería tradicional de esta zona, el ovino, y la agricultura que mantiene este ecosistema que tanto nos gusta", pero "este modelo productivo viene a aplastar a los ganaderos de aquí", aseguraron. Además, "antes que las aves, importan las personas, y los vecinos sois los primeros que vais a pagar las consecuencias", advertían.