Los peores augurios se cumplieron ayer para los agricultores de regadío. Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) convocó ayer una Junta de Explotación en Valladolid en la que informó, a los presidentes de las diferentes comunidades de regantes de la región, que la campaña finalizaría este jueves para todos los canales, a excepción de aquellos que no hayan alcanzado la dotación acordada.

La campaña de riego comienza de forma habitual el 1 de abril y finaliza a inicios de septiembre. Este año, a causa de la sequía que ha asolado a toda la península, la temporada se ha clausurado con un mes de antelación. Los primeros indicios, allá por el mes de abril, ya mostraban que este iba a ser un año complicado para los agricultores de las comunidades de regantes; CHD al poco de comenzar la campaña dotó de 3.000 metros cúbicos por hectárea como el tope que tendría cada uno de los agricultores del Sistema Pisuerga (de donde se abastecen el Canal de Toro-Zamora y el de San José). Esta cifra suponía un 50% del agua necesaria en una campaña normal y borraba de un plumazo las esperanzas de los agricultores de poder sembrar productos hortícolas o el tan apreciado maíz. El girasol, una planta que requiere de muchos menos agua ha sido el producto estrella durante esta campaña en la que los esfuerzos de los cultivadores han ido dedicados a cubrir la inversión inicial.

Antonio Roldán, presidente del canal de San José, afirmó que "todavía no se pueden prever las pérdida". Asimismo, Roldán señaló que "aquellos que desoyeron las advertencias y plantaron maíz se verán más perjudicados por este cierre tan prematuro". El canal de San José ha sido protagonista durante las últimas semanas al cerrar la campaña antes que nadie, debido a los excesos en el cupo de agua adelantaron al día 25 de julio la clausura de esta temporada. La modernización de las infraestructuras, rechazada hasta tres veces por los comuneros de San José, también ha centrado el debate en los últimos días. Algunos agricultores afirmaban que la modernización que se planteó suponía un gasto mayor que si dichas mejoras las efectuaran los particulares individualmente; Roldán descarta estas posturas y explica que "se trata de una infraestructura de futuro que no se puede costear en solo dos años".

No todos los canales se verán obligados a cerrar el grifo pasado el día 10. Aquellos que todavía no hayan gastado los 3.000 metros cúbicos otorgados por CHD podrán continuar sus tareas de riego sin problemas. La comunidad de regantes Toro-Zamora es una de estas excepciones y continuará abasteciendo de agua a sus miembros hasta cubrir la dotación. Pedro Pablo Ballesteros, presidente de este canal, agradece la responsabilidad de los comuneros que han cumplido lo acordado, permitiendo incluso que zonas cultivadas se secaran ante la ausencia para regar todo la tierra disponible. Por otro lado, Ballesteros advierte que aquellos miembros de la comunidad que ya hayan alcanzado la cifra acordada no se le seguirá abasteciendo de agua, tal y como acordaron en las asambleas celebradas durante el mes de abril.

Turnos de riego

Se cierra una campaña que se mostró "imposible" desde un primer momento. Las primeras asambleas en diciembre de las comunidades para informar sobre el estado de los embalses adelantaban los peores presagios posibles. En abril, con el inicio de la campaña, el sistema Pisuerga alcanzaba el 52% de su capacidad, frente al 88% del año 2016. La CHD limitó el uso del agua a una cantidad que no permitía sembrar los cultivos que otorgan una mayor rentabilidad a los agricultores. Una vez entrado el verano, los turnos de riego se volvieron indispensables para proporcionar agua a las diferentes comunidades.

Tanto el canal de San José, como el de Toro-Zamora, establecieron tandas para regar entre sus miembros con el fin de estirar la campaña todo lo posible. Actualmente el sistema Pisuerga se encuentra bajo mínimos, a tan solo un 18% de su capacidad. El pasado ejercicio, durante estas fechas, las cifras alcanzaban el 66% y los últimos 10 años este sistema superaba la mitad de su capacidad a principios del mes de agosto. Este año, tan parco en precipitaciones, adelanta un cierre de campaña inusual. El precio del girasol decidirá si la campaña es solo mala o auténticamente catastrófica.