Apicultores alistanos han registrado ante el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) varias denuncias por el asentamiento ilegal de abejas trashumantes en pueblos de la comarca alistana.

La llegada masiva de miles colmenares y millones de abejas procedentes de lugares tan dispares y lejanos como Andalucía, Valencia, Cáceres y Salamanca, ha llevado a la Asociación de Apicultores Alistanos "Apialist" a celebrar una asamblea general extraordinaria en San Vitero donde se ha acordado, por unanimidad, denunciar ante el Seprona y la Junta de Castilla y León a aquellos apicultores foráneos que incumplan las normativas.

En el caso concreto de aquellos apicultores alistanos que no se atrevan a presentar ellos mismos la denuncia ante el Seprona, será la propia entidad comarcal que preside Juan Antonio Bermúdez Poyo la que asuma la redacción y registro de las denuncias.

El malestar y tensión se vive en numerosos pueblos: "La situación se está haciendo insostenible y pedimos a Ayuntamientos y Junta de Castilla y León aplicar la normativa porque, de lo contrario, esto va a terminar en una autentica guerra de imprevisibles consecuencias: nos estamos jugando la supervivencia de nuestras abejas y de nuestras familias", asevera el apicultor Juan Antonio Bermúdez, de Trabazos, a la vez que sentencia: "No estamos en contra de la trashumancia, pero el apicultor que la practique que lo haga desde la legalidad y el respeto, como hacemos los alistanos cuando vamos con nuestras ovejas trashumantes a Sanabria".

Para el presidente de Apialist: "No puede ser que estemos en nuestros pueblos los 365 días del año intentando vivir de la apicultura y venga gente de fuera y coloque sus colmenas donde le parece, a 20 metros, cuando en realidad deberían estar a más de un kilómetro. No se respetan ni las distancias con nuestros colmenares ni con los caminos, con lo cual se aumenta también el peligro para las personas. Las leyes están para cumplirlas, los sedentarias y los trashumantes".

Los principales problemas de asentamientos trashumantes están surgiendo en aquellos municipios que carecen de ordenanzas reguladoras apícolas, o en casos concretos como los ayuntamientos de San Vitero y Fonfría, que aunque las tienen aprobadas y en vigor están recurridas ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León por sindicatos y asociaciones de las provincias de Salamanca y de Cáceres.

Según Apialist, las primeras denuncias ante el Seprona se han registrado en San Vitero y continuarán en otros pueblos.

Se dan casos como el Ayuntamiento de Trabazos que puso en marcha su ordenanza reguladora en mayo de 2015 -antes tuvo que presentar cuatro denuncias por asentamientos ilegales- y desde entonces se ha normalizado la situación: "Nosotros tras aprobar y poner en marcha la normativa no hemos vuelto a tener problemas. Hay apicultores trashumantes que vienen y le informamos de las normas. No ha vuelto a asentarse ninguno", afirmaba ayer el alcalde Javier Faúndez Domínguez.