La Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León concluye tras analizar 3.955 explotaciones de porcino en la Comunidad que casi el 80% de las explotaciones tienen un nivel alto o muy alto de seguridad, y un 18% un nivel medio, unos resultados que reflejan "unas excelentes condiciones, tanto estructurales como de formación y gestión de las granjas de porcino de Castilla y León", según comunican desde el departamento de Producción Agropecuaria e Infraestructuras Agrarias que dirige Jorge Llorente.

La bioseguridad es un elemento clave para proteger la cabaña ganadera ante la posible entrada y difusión de enfermedades, situación que podría ser traumática para el sector porcino no solo por las posibles pérdidas en la granja sino también porque se limitarían las exportaciones. El mercado extranjero es un pilar clave para el porcino de Castilla y León, que vendió en 2016, sin contar diciembre, 257 millones de euros fuera de España. El volumen económico de las exportaciones ha crecido un 96% desde el año 2010, un aumento sensiblemente mayor que el registrado a nivel nacional.

Por eso la Consejería de Agricultura y Ganadería se ha fijado como objetivo de legislatura promover la bioseguidad en las granjas de cerdos, el sector supone el 33% de la producción ganadera de la Comunidad. Con esta idea se iniciaron en 2015 varias reuniones con el sector que se ha integrado plenamente en esta tarea.